1. Mi esposa, de guía turística


    Fecha: 13/01/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuerpo desnudo de él. Que, ciertamente, es un tipo de raza blanca, bastante diferente de los mulatos con los que prefiere tener sexo, pero dijo que la experiencia había sido rica y que no se lo esperaba. Que le llamó mucho la atención la sensación que tuvo al tacto al acariciar su pecho y sus muslos velludos. Que de todo pensó menos en que fueran a terminar de esa manera.
    
    Cuenta que, una vez terminado aquello, él, muy caballeroso, se ofreció a vestirla, casi que de manera opuesta a como la fue desvistiendo y que, estando ella ya vestida y él desnudo, la invitó a tomarse una copa más mientras le preguntaba qué fotos quería ella mantener, asegurándose de mandarlas a un correo electrónico que ella le dictó. Hecho esto, y siendo ya casi las cinco de la mañana, ella lo dejó en su habitación y se dirigió a la nuestra, encontrando la sorpresa de que yo ya había llegado.
    
    Ah, ¡llegaste...! Y, ¿por qué no me llamaste?, dijo. Porque me hubiera tirado lo que sea que has estado haciendo hasta esta hora. ¿Me quieres contar? Si, claro. Y ahí empezó su relato. ¿El tal Federico sabe que tú eres casada? Si, claro. Él estaba al tanto de la situación, porque yo le conté. Y, cuando lo invite a cenar, le dije que tendría que reemplazar a mi esposo, porque ya estaba confirmado que no iba a llegar. En ese momento, según lo que habíamos hablado, tú no llegabas.
    
    Así que las cosas se fueron dando, pero no pensé que este señor me fuera a salir con esas. Bueno, pregunté, pero si tu le aceptas ...
    ... a un hombre ir a su habitación, ¿no es porque ya tenías en la cabeza que querías estar con él? La verdad yo no lo había pensado, contestó. Estábamos charlando tan sabroso y pasándola tan agradable, que no le puse morbo a la invitación. De hecho, nunca hablamos de nada que sugiriera que aquello iba a pasar. Simplemente sucedió. Bueno, y ¿qué tal estuvo?, dije. Bien. Fue algo diferente, inesperado y raro. Se sintió bien. No puedo decir que estuvo súper, pero resultó agradable.
    
    ¿Y no crees que a él le daría vergüenza si te viera acompañada conmigo más tarde? No, ¿por qué? Pues porque el tipo puede sentirse un tanto culpable de haberse aprovechado de la situación y tal vez avergonzado al saber que yo ya lo sé. No creo, dijo ella. Si somos adultos, cada quien es responsable de lo que elige. Fui yo quien decidió que eso pasara, así que no veo por qué él tenga que sentirse culpable.
    
    Salimos a almorzar y a abandonar el hotel cuando ya iban siendo la 1 pm. Y, en el restaurante, nos encontramos a Federico. Mi esposa lo saludó como si nada. Y él, sin vergüenza alguna, vino a nuestra mesa para saludarla, como si nada hubiera pasado entre ellos. Una vez nos presentamos, dijo, lo pasé muy bien con su señora el día de ayer. Es una persona muy amable, cordial y un encanto de mujer. Me hizo sentir acompañado todo el día. Menuda hembra tiene como esposa. Lo felicito. Y yo, ante eso, no supe qué responder y sólo me limité a decir… gracias.
    
    Menudo paseo había tenido el Federico ese, ...
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