1. Al final ¡Me follé a mi cuñada!


    Fecha: 20/06/2018, Categorías: Incesto Autor: Tahotlo, Fuente: CuentoRelatos

    ... ella me preparo la cena, no se insinuó ¡ni lo más mínimo!, solo cenamos muy cordialmente, ella olía a gloria. Pero su trato nunca había sido tan amable, ¡qué diferencia había con el trato de hace años!; cuando me trataba de forma altiva y estúpida, aquel día cenamos juntos hablando con normalidad.
    
    (Como si ella nunca hubiera tragado mi polla como lo hizo). Ese trato tan cordial lejos de enfriarme me calentaba "aún más".
    
    Al subir a dormir hacía mucho calor, en pleno verano, y tuvimos que atenuar esa pose "recatada" y dejar las puertas de nuestros dormitorios abiertas (una puerta enfrente de la otra).
    
    Mi cuñada no se quedaba dormida por el calor, la escuchaba "arrastrar su cuerpo entre las sábanas", yo sudaba; ¡eso de tener aire acondicionado solo en el comedor un coñazo!
    
    Bajé al aseo y al pasar por su puerta vi su culo firme asomando por su pijama corto, "que rica estaba". ¡Eche una meada con un gran chorro!, (el aseo está debajo de su dormitorio), el chorro de orines que salía de mi polla "parecía como si estuviera regando", en el silencio de la noche.
    
    Al subir, vi que ella daba vueltas en la cama, con la almohada entre las piernas; me acosté empalmado y al final me dormí.
    
    Trabajé muy vivaz al día siguiente, la tensión sexual creció en mí y me sentía pletórico, y muy amable con los compañeros, ella me estaba haciendo feliz.
    
    Al medio día comí en la calle y hablé por teléfono con mi mujer, le habían puesto un secretario "para ella sola" y la ...
    ... estaban tratando de lujo, ¡cuánto me alegré!; ella merecía eso y más.
    
    Por la noche al volver con mi cuñada la encontré en la piscina nadando, le dije que me cambiaba y la acompañaba.
    
    Nadamos un rato, luego cenamos en la mesa del patio ensaladilla rusa, ¡durante la cena mi cuñada no dejó de rascarse el coño sobre el bañador!, viendo su sopor le pregunté.
    
    -Cuñada, ¿te han pegado ladillas?, se ve que te pica el coño, ¡lo digo sin maldad!
    
    -Eres un bandido, no he estado con ningún hombre, desde que tú en mi boca; lo que pasa es que después de dos meses desde que me afeitaste los pelos han crecido y me acostumbré a tenerlo rasurado y me pican los pelos con la humedad de la piscina.
    
    -Cuñada, ¡sólo como cuñada!, sin maldad ¿quieres que te lo rasure otra vez?, como un favor, ¡sin nada más!
    
    Ella dudó, dio dos vueltas por el filo de la piscina pensando y al final me dijo.
    
    -No sé, no está bien, pero me hace ilusión; ¡Vale cuñado!, ¡pero nada sexual!, sólo algo amistoso, ¡vale cuñado!, solo como algo de ayuda íntima no vayas más allá.
    
    Bajó su bikini y "abrió las piernas", junto al filo a la piscina, yo nervioso traje lo necesario del aseo y se lo hice rápido, sin toquetear; se lo dejé rasurado a tope (solo me permití meterle un dedo en su vagina, ¡como por accidente!, ¡¡Joder!! tenía la vagina abierta, húmeda y muy cálida.
    
    Cumplí mi palabra y al terminar me fui a la ducha con mi pene estorbándome al andar, (como si arrastrara oculto un salchichón escondido del ...