Mi novia Luci, de santa a puta
Fecha: 10/02/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: KeyargaSama, Fuente: CuentoRelatos
... fiestas. Melisa escuchaba con atención y contra todo pronóstico, también Luciana, aunque dejaba clara su desaprobación a la promiscuidad de Mariana siempre que tenía oportunidad.
Cuando llegó el momento en que Leonardo tuvo que irse, tanto Melisa como Luciana se quedaron decepcionadas. La primera porque quería comérselo y la segunda porque quería seguir escuchando el chisme de las aventuras de Mar. Sin embargo, Leonardo prometió que, apenas tuviera la oportunidad, regresaría para embriagarnos como Dios manda, como solíamos hacerlo en los tiempos universitarios.
En la noche me retorcía en mi cama sin poder dormir. Tal vez por la conversación que había tenido con Leonardo, no podía dejar de pensar en Mar. Finalmente, tuve que sacar mi verga y comenzar a sacudírmela pensando en ella. Recordé cierta ocasión en la que estábamos los dos solos en la biblioteca, sentados el uno junto al otro esperando a que terminase de llover.
—¿Y cómo te ha ido con el tipo del que me platicaste? —Le pregunté—. El mamado del gimnasio.
—Pues ahí vamos —respondió ella, casi con indiferencia—. Me arrima su pito cada vez que puede. En estos días me agarró de la cintura y me dio un beso.
—¿Un beso? —dije mientras reía—. ¿Un miserable beso? Pensé que a estas alturas, ya habrían hecho algo más.
La mirada de Mariana se iluminó y se le dibujó una sonrisa en los labios.
—Ayer fajamos y tuvimos sexo. Me dijo que me iba a pesar, me metió a un cuartito del gimnasio y allí me agarró. Está ...
... bien grandote. De todo. Le dije que me los echara en la boca, porque sabía que eso lo iba a prender más. Me dijo que quiere ser mi amante de planta y cogerme todos los días. No se lo vayas a contar a Sagardi.
—¿Y no quieres tener otro amante? —Le dije mientras le acariciaba las piernas.
—No, con dos me basta —dijo retirando mi mano—. Tampoco soy puta, no te pases.
Era un recuerdo simple, pero me excitó tanto que me vine a borbotones. En la mañana seguía igual de caliente. Apenas se fueron mis padres, comencé a masturbarme de nuevo pensando en Mariana. Ni siquiera me conecté a mis clases en línea. Recordé una ocasión en la que ella y Sagardi aparecieron en mi departamento con unas bolsas llenas de licor. Querían tomar y no tenían dónde. Seguramente el plan de Sagardi era emborrachar a Mariana y luego llevársela a algún hotel, pero el muy pendejo tomaba tequila como agua y terminó tendido en el suelo, inconsciente.
Mariana llevaba una blusa deportiva que dejaba descubierto su vientre y unos leggins estalladitos. Me contó que Sagardi ya sospechaba que ella estaba saliendo con un mamado del gimnasio, de modo que no la había dejado ir a entrenar y no se le había despegado en todo el día, razón por la que Mariana había decidido aprovecharse de él haciéndolo comprar varios litros de licor.
Recuerdo que yo estaba sentado y Mariana parada frente a mí, como a un metro de distancia, contándome algo del pendejo de Donaldo, pero yo estaba completamente concentrado en su ...