1. Mi novia Luci, de santa a puta


    Fecha: 10/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: KeyargaSama, Fuente: CuentoRelatos

    ... rajita, que quedaba a la vista debido a lo entallado de los leggings. De pronto, envalentonado ya por el licor, la interrumpí con brusquedad.
    
    —Hay algo que siempre he querido hacer, desde que te conozco. —le dije.
    
    En ese momento pude habérmele declarado, o pude haberme levantado para besarla, pero en vez de eso, todo idiota, le acaricié entre las piernas con la mano libre. Mariana me vació su bebida en la cara y me abofeteó con tanta fuerza, que casi me tira los dientes.
    
    —A mí no me vas a estar tratando como puta, idiota —me espetó, furiosa—. Mira lo que me hiciste hacer, baboso. Levántate y sírveme otra copa, pero ya.
    
    Me levanté, pero en vez de servirle otro trago, la tomé de la cintura y la obligué a sentarse en mis piernas.
    
    —Estás todo pendejo —me dijo—. Suéltame ya, antes de que se despierte Manuel…
    
    Comencé a acariciarle las piernas y a besarle el cuello, pero ella se resistía. En ese momento su teléfono, que estaba sobre mi escritorio, comenzó a sonar. Ambos nos quedamos quietos. La solté, pero en vez de levantarse y coger el móvil, me pidió a mí que se lo alcanzara, de modo que, como pude, me estiré y se lo entregué. Ella lo tomó y contestó. Era su novio.
    
    —Hola, mi amor. ¿Cómo estás? Estoy en casa de unos amigos —le dijo, sentada sobre mis piernas—. Estás muy equivocado, Donaldo. ¿Yo en qué momento te prometí que ya no iba a salir? No me acuerdo —en ese momento, comencé a acariciarle las piernas de nuevo—. Además, no tienes por qué enojarte, no te ...
    ... estoy faltando al respeto —comencé a besarle el cuello a Mariana—. Mis amigos son muy respetuosos, no tienes nada de qué preocuparte —metí una vano bajo su blusa y le acaricié los pechos—. No sé por qué te pones así, si sabes que nunca te engañaría.
    
    Sin poder resistirme más, me levanté, cargué a Mar y me la llevé en brazos hasta la cama, donde seguí besándola y acariciándola. Le agarré la mano libre y la hice ponerla sobre mi verga, que estaba dura como piedra. Mariana me la acariciaba sobre el pantalón. Como pude, le quité la blusa.
    
    —Sabes que solo me gustas tú —le dijo Mar al novio—. Solo me gusta tu cuerpo y solo me gusta tu verga —en ese momento, con una sola mano, con la habilidad de una experta, me desabrochó el pantalón, me bajó el cierre, metió su mano bajo mi bóxer y me comenzó a masturbar—. Cuando vengas, te la voy a chaquetear como no tienes idea —me quité el pantalón y el bóxer. Mi verga erecta quedó al aire—. Sí, y te la voy a mamar como no tienes idea —Mar se acercó a gatas, examinó mi pito, lo escupió y se lo metió a la boca. Miré a Sagardi, que yacía tirado en el suelo, y se me puso aún más dura.
    
    Mariana mamaba con gran maestría. Solo se sacaba mi pito de la boca para escupir y para hablar con su novio. Sospecho que estaba alargando la llamada a propósito, para que yo me excitara más.
    
    Cuando estaba a punto de venirme, le hice una señal a Mariana, que de inmediato paró de mamar.
    
    —¿En serio pensaste que me atrevería a quitarme la ropa con otro? —Le ...
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