1. Perversiones conyugales


    Fecha: 12/02/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que estaba dentro de mí, se movía en mi vagina menos que la que usaba con mi amiga. Me llenaba pero no deslizaba a lo largo de mi interior. El mayor placer lo obtenía cuando chocaba con sus nalgas y me golpeaba el clítoris. Decidí metérsela bien dentro y mover sólo las caderas para que el roce con mi puntita rosada fuera mayor. Entonces sí disfruté y llegué al orgasmo.
    
    Íbamos 4-2. Mónica se había ido cuatro veces y yo dos, cuando después de su quinta vez que pasó el punto de no retorno con un grito enorme de Meee vooooyyy. Me miró a los ojos girando la cabeza y me pidió con voz de entregada.
    
    -“ Dame por culo, por favor.”-
    
    Saqué el aparato de su coño y apunté al oscuro agujero, que se ofrecía pequeño, violable ante mis ojos. Recordé que debía aceitarlo y metí mi mano en su sexo lleno de flujos. Con mis dedos empapados unté bien su esfínter, los introduje en su ano, y cuando los saqué, apoyé la cabezota de la verga y empujé. Fue entrando despacio, ella gemía con mezcla de dolor y placer.
    
    Repetí la operación de jugar con mi pelvis, ella reposó el tronco en la cama, dejando más en pompa su pompis y con una mano se comenzó a pajear.
    
    Pronto llegó su orgasmo, seguí hasta que le vino el siguiente, me sentía poderosa, dueña de la vida y del placer, sus gemidos me excitaban aún mas, si ello fuera posible.
    
    Me solté el arnés dejándoselo empotrado en su ano, y me tumbé abierta de piernas.
    
    -“ ¡CÓMEME EL COÑO!” – la ordené. Yo tenía el clítoris duro, erguido, casi todo ...
    ... fuera de su pequeña capucha, el roce y el golpeteo la había vuelto de un color rosa fuerte. Su lengua se abalanzó sobre él , apenas me empezó a lamer sentí como de si lo más profundo de mí ser viniera una ola enorme que me llevaba fuera de mí. Explosioné como si una bomba me derrumbara.
    
    Pero Mónica siguió, y yo continué. Cuando me comenzó a acariciar el punto G, mis estallidos se convirtieron en una tormenta de placer.
    
    “Cariño, ya se lo he propuesto y han aceptado. Van a ser a 800 euros por sesión de cuatro horas por semana. Podemos filmarlos haciendo lo que les digamos. Sólo me han puesto la condición que tienen que llevar máscara. He aceptado, me parece que quedará más erótico.”- le dije por teléfono a mi marido.
    
    -“Eres una niña maravillosa. Una cabecita que entiende de números y que sabe hacer realidad mis fantasías. Estaré en casa para las ocho.”-
    
    - “ Te daré una sorpresa con un disfraz. ¿ Quieres?”-
    
    - “Uauu, sabes entender a tu marido.”-
    
    Había tratado el tema de las películas porno con Mónica mientras limpiábamos el arnés, tras llamar a su esposo habían aceptado. Nos despedimos con besos. Estaba tranquila, sus problemas económicos podían
    
    empezar a resolverse.
    
    Subí al desván , miré qué ponerme. Elegí una remera de nylon negro que se me pegaba como una segunda piel transparente. Unas botas a medio muslo, una cazadora de cuero negro. Me lo puse , estaba morbosa, perversa, soy alta y delgada, y parecía un ángel de la noche.
    
    Iba a bajar cundo vi un ...
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