Prostituta
Fecha: 14/02/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Kain Orange, Fuente: CuentoRelatos
Estoy sentado en la barra tomando una copa cuando veo que alguien se pone a mi lado:
—Hola guapo. —Me dice una voz femenina al oído algo ronca, pero muy sensual.
Una mano se posa encima de mi muslo y empieza a acariciarme. Me giro sobre el taburete y veo que la mano pertenece a una mujer bastante atractiva.
—Hola guapa.
Le miro el generoso escote con descaro. Tiene un buen par de tetas embutidas dentro de una blusa ajustada que le marca los dos pezones con claridad. No lleva sostén.
—¿Estas solo?
Ella no deja de sobarme la pierna. Tiene unos labios grandes y sensuales, muy rojos.
—Es posible. ¿Por qué?
—Porque sería una pena que un chico tan guapo como tú estuviera solo en una noche como esta.
Ella se tiene que acercar mucho a mí para poder hacerse oír por encima de la música. Su aliento huele a fresa y es muy cálido.
—Bueno, a lo mejor me gusta la soledad y prefiero estar solo. —Me hice de rogar.
Ella me hace morritos sin dejar de tocarme.
—Ay, qué mal suena eso, con lo bien que se está en compañía. ¿No te gusta estar con chicas?
—Depende de cómo sean esas chicas.
—Hmmm… ¿Y qué chicas te gustan a ti?
Su mano ya está tocándome la parte interna del muslo, acercándose cada vez más a mi bragueta.
—Me gustan las chicas malas. ¿Tú eres mala?
Ella me agarra el paquete, se inclina sobre mi cara, acercando su boca a la mía y me dice con voz sensual:
—Yo soy muy, muy, muy mala.
Yo sonrío con malicia y le dejo que me sobe la ...
... polla por encima de la ropa. Llamo a la camarera y pido un par de copas mientras la mujer se pega más a mí. Le miro las piernas: largas y de muslos generosos, saliendo de unos tacones de aguja y acabando en una minifalda de escándalo. Mi polla se endurece y ella lo nota:
—¿Cómo te llamas, cielo? —Me dice con la boca tan pegada a la oreja que su aliento me humedece el oído.
—Julián —mentí yo—. ¿Y tú?
—Yo puedo llamarme como tú quieras.
—¿Mónica?
—Hola Julián, me llamo Mónica ¿Cómo estás?
—Hola Mónica. —Le sigo el juego—. Muy bien. ¿Y tú?
Ella me aprieta el cipote por encima de la bragueta, pega sus tetas contra mi hombro y mete su lengua en mi oreja cuando me susurra:
—Yo estoy caliente…
Me coge una mano y la mete entre sus piernas, debajo de la minifalda. No lleva bragas y compruebo con agradable sorpresa que no miente. Su coño rasurado está ardiendo.
Le beso en la boca, saboreando sus labios rojos y generosos, muy húmedos. Saben a fresa. Ella me aprieta más la mano contra su raja. Noto que se abre con mucha facilidad, permitiendo que mis dedos se cuelen entre los pliegues resbaladizos de su vulva. Ella me muerde el lóbulo de la oreja.
—¿Soy lo bastante mala para ti?, ¿te gusto?
—Quizás.
Ella me hace un mohín, frunciendo esos labios tan carnosos de una manera muy cómica y me suelta la bragueta. Yo también retiro mi mano de su interior.
—Eres muy malo, Julián.
Sale a la pista de baile y comienza a bailar, exhibiéndose delante de mí, ...