Prostituta
Fecha: 14/02/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Kain Orange, Fuente: CuentoRelatos
... enseñándome su cuerpo, meneando las caderas de forma sensual y haciendo como que me ignora. Mi polla late con rabia entre mis piernas cuando ella se agacha y me ofrece una visión fugaz de su culo, con los labios del coño asomando levemente por debajo.
Un tipo borracho se pone junto a ella y comienza a bailar siguiendo sus movimientos, desnudándola con la mirada e insinuándose. Mónica me mira y pega su trasero contra las piernas del tío para ponerme celoso. Él le agarra las tetas y yo me bajo del taburete. Ella se despega del borracho como puede, gesticulando y sonriendo, intentado que el tipo no se lo tome a mal. Ella viene hacia mi seguida por él, que no deja de tocarle el culo. Aflojándome el nudo de la corbata me acerco y le pongo una mano en el pecho:
—Está conmigo.
El tío me aparta la mano de un golpe y empieza a protestar, pero se detiene cuando ve la expresión de mi cara. Yo le repito:
—Lo siento, amigo, pero ella está conmigo. —Y para restarle hierro al asunto añado sonriendo: “Ya le he pagado”.
El tipo tarda unos segundos en asimilar la información. Al poco me sonríe y le guiña un ojo a Mónica, que se había puesto detrás de mí. El tío regresa a la pista de baile dando tumbos. Mónica me da las gracias con un beso muy largo. Mi polla está muy tiesa dentro de los pantalones y ella lo nota cuando pega su vientre contra ella. Pago las copas, la agarro de la cintura y le digo:
—Vámonos.
La llevo hasta un hotel de carretera. Durante el trayecto ella me ...
... enseña las tetas a petición mía, permitiéndome que le pellizque los pezones. Los tiene muy gordos. También me enseña el coño y cuando nos detenemos en un semáforo ella me muestra el color rojo intenso del interior de su almeja, abriéndosela tirando de los labios menores. Mónica es bastante guarra.
Al llegar al parking del hotel ella me pregunta:
—Julián, cielo ¿podrías prestarme algo para la máquina de condones?
Era una pregunta en clave: en realidad me estaba pidiendo el dinero del servicio.
—¿Cuánto necesitas?
—Depende… ¿Cuánto tiempo estaremos, cielo? —Su voz, dulce y sensual chorrea de sus labios como si fuese miel.
—Había pensado en pasar el resto de la noche… y quizás parte del día siguiente. ¿Puede ser?
Ella me sonríe con picardía y me dice que no hay ningún problema, siempre que tenga el dinero. Me dice una cantidad bastante elevada y yo hago amago de dársela allí mismo pero ella me aconseja que espere a entrar a la habitación.
Una vez dentro me pide que deje el dinero para los condones sobre la mesita. Así lo hago. Antes de cogerlo me dice:
—Pero a lo mejor quieres hacerlo sin condón… En ese caso necesitaré comprar pañuelos.
Le digo que me apetece hacerlo sin condón y dejo sobre la mesilla el precio de los pañuelos. Mónica usa una marca de pañuelos muy cara.
Ella se guarda el dinero, nos desnudamos y entramos al baño. Allí nos duchamos juntos. Ella me limpia la polla y el culo con jabón y luego hace lo mismo con su coño y con su culo. ...