Una noche en una taberna
Fecha: 14/02/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... lolas y cuando están los pezones excitados son un lujo para la vista. Me ayudo de las manos y muevo las caderas hasta que la tela cae al suelo. Me planto ante él, que me estudia callado, con hambre contenida. Para acabar de desnudarme y bajarme la bombachita debo inclinarme, lo hago de modo que disfrute de mi perfil y vuelvo a pararme ante él, totalmente desnuda sobre los altos tacos de las sandalias.
- Eres una diosa. Estás muy buena.
Se saca la remera, tiene torso fuerte de atleta retirado. El vello, negro, ensortijado recorre el camino de la pradera del pecho hasta el boxer que muestra la montaña de su deseo. Lo baja y aparece entre el matojo del pubis la verga en alto, dura, poderosa.
Me gusta, rezuma hombría. Nos quedamos mirándonos. He perdido el miedo, me ha ganado el deseo.
- Y vos, un titán ...¡ Tomame!
Voy a la cama, la abro, me coloco una almohada bajo las nalgas cuando me tumbo. Él se acerca, toma la otra almohada, y la pone levantando más mi pubis. Yo abro los muslos y espero húmeda que me la meta. Y lo hace tranquilo, tomando propiedad de mi vagina que recibe jugosa la tranca que la llena.
No deja que su peso me aprisione, se apoya en las manos ,que coloca rodeando mi cabeza y empieza a moverse sin dejar de mirarme a los ojos. Una amiga me dijo un día que los polvos mejores son con los ojos abiertos, disfrutando de tu pareja. Si alguien los cierra a lo mejor está pensando en otra persona. Y mi lobo estaba claro que lo que quería era estar ...
... conmigo y disfrutar me y ...hacerme disfrutar. Sé lo que es una cogida lenta. No era así como me cogía, era un ritmo de oleaje en las arenas de mi feminidad. A veces suave, otras más fuerte y siempre buscando mi más profundo yo, esa mujer sensual que vuela en el interior de todas nosotras. Yo subo la montaña del placer , descansada, disfrutando de la escalada, notando como respiro más fuerte, más necesitada de oxigeno.
-Sigue... por favor sigue- le ruego mimosa y entregada.
Y sigue, sus ojos tienen la profundidad y el ritmo del mar que paladea la costa que soy yo, que tiemblo, que noto que voy a despeñarme en un enorme abismo de placer. Me doy que llevo rato con mis piernas enroscadas a sus muslos buscando y gozando de la profundidad de sus estocadas. Y empiezo a venirme.
- Aaaahhhh- me sale un largo gemido de gozo.
Y me deslizo sobre una ola que me lleva en volandas hasta llegar al final del camino, en la orilla.
- Ha sido maravilloso. No sé explicártelo. Gracias.
Le beso colgándome de su cuello, busco el alma de ese hombre que me ha hecho sentirme una mujer en plenitud. Él, se ha dejado caer a un lado, para que yo no cargue con el peso de su cuerpo macizo. Me veo como una niña que descubre el paraíso en la verga sabia de un hombre.
Voy volviendo en mí, bajando de la nube. Me doy cuenta que mis miedos se han convertido en felicidad y alegría. Y le vuelvo a besar , esta vez con ganas de juego, de seguir haciendo el amor. Tiene la polla dura, apuntando al ...