La misma dulzura con matices diferenciales (1)
Fecha: 15/02/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... apareciendo por el costado de la bombacha cuya entrepierna estaba tensada al máximo. Sus ojos iban de mi cara al bulto que crecía bajo la línea de mi cintura.
- “Quiero enviarle un beso a la preciosa que está detrás de la tela blanca.”
- “Ponelo en la punta de mis dedos que yo se lo llevo.”
Después de besarle la yema del índice, ella lo entregó estirando el elástico y llevándolo a la destinataria. Fue un momento tan cargado de sensualidad que casi eyaculo. La voz de Beatriz nos serenó.
- “¡A comer!”
Después de un almuerzo sabroso y agradable regresé a casa pensando descansar un rato, viendo televisión mientras esperaba el sueño de la siesta. No alcancé a cerrar los ojos que sonó el timbre. Era Julia, aburrida porque se había cortado la trasmisión del cable y su madre había salido hacia la peluquería. La hice pasar al living sentándonos el sillón amplio. Vestía la misma ropa que a la mañana.
- “A mi conchita le gustó mucho tu beso. Es la primera vez que le pasa algo así”.
- “Me alegro, me encantaría darle otro, en forma directa o llevándoselo yo”.
- “No sé, es muy vergonzosa. Salvo yo nadie la ha tocado”.
- “Entonces hay que cuidarla mucho, de manera que cuando quiera acoplarse lo haga sin presiones ni urgencias, y así el recuerdo sea hermoso”.
- “Vos me ayudarías?”
- “Tenés mi palabra”.
Retrocedió quedando pegada al respaldo y llevó los pies al borde del asiento, de manera que el ruedo del vestido se arrugó en la cintura. Con sus rodillas ...
... de par en par me invitó.
- “Llevalo con tus dedos”.
- “Lo quiere en un solo lugar o prefiere que lo distribuya a lo largo”.
- “Tratá de esparcirlo bien”.
Mi dedo mayor con un beso en la yema, después de ubicar la divisoria entre los labios, hizo repetidos recorridos sobre la bombacha, sin presionar. Ella tenía la mejilla pegada a mi hombro y ambas manos apretando contra su pecho el brazo dedicado a la caricia. Cuando el deseo la hacía empujar la pelvis yo aliviaba la presión buscando elevar el nivel de excitación, que se concretó al escuchar su voz en forma de ruego.
- “¡Por favor, por adentro!”.
- “Entonces esa rajita tendrá que mostrarse, porque así no puedo”.
Sus manos volaron al elástico, bajando la prenda hasta las rodillas para hacerlas caer con movimiento de piernas y volver a la misma postura de antes, pero con los ojos cerrados. Ahora los labios se mostraban separados, dejando ver la mucosa rosada empapada del flujo que corría hacia el ano. Muy pocos recorridos de mi dedo fueron necesarios para que su boca avisara de la inminente explosión.
- “¡Me corro!”
Los muslos aprisionaron mi mano mientras duraban las convulsiones que la dejaron exhausta. Abrió los ojos ya recuperada, para encontrarse con mi pija, que rígida se erguía requiriendo su atención. Guiar su cabeza para que el miembro llegara a sus labios abiertos no requirió fuerza alguna.
- “Ahora te vas a tomar toda mi leche”.
Su entusiasmo compensó holgadamente la inexperiencia, ...