1. Clara, la sumisa


    Fecha: 16/02/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuerpo, asegúrense de que no quede nada en sus entrañas. Luego estuvo diez minutos en el bidet, recibiendo el potente chorro de agua en su ano. No dudaba de que aquel hombre iba a querer jugar con su culo, y quería estar impecable para cuando llegase ese momento. Luego se metió a la ducha.
    
    Escuchó música mientras esperaba que llegue la hora. Fue al armario y agarró el vestido negro con lunares blancos que debía llevar.: Se maquilló, se ató el pelo en una cola de caballo. No valía la pena llevar un peinado más elaborado, seguro terminaría totalmente despeinada. Eligió una tanga negra, y decidió no llevar corpiño. Cada vez que pensaba en por qué estaba haciendo lo que el otro le había ordenado hacer, por qué se había sometido a sus órdenes tan fácilmente, simplemente desechaba la idea, ya que sabía que, por más que se lo cuestione, iba a ir al encuentro de aquel ser perverso.
    
    Pidió un Uber. El chofer se mostró muy amable y simpático, y ella suponía que no todos sus pasajeros recibían tanta amabilidad y simpatía de parte suya. El hombre observaba, cada vez que podía, sus pequeños pechos, cuyos pezones puntiagudos se notaban a través de la tela del vestido.
    
    —¿Salís a bailar?— le preguntó.
    
    —No. — dijo ella.
    
    —¿Vas a ver a tu novio? — insistió el hombre.
    
    —No. Voy a verme con un tipo, pero no es mi novio.
    
    —Que suerte que tiene ese tipo. Sos muy bonita ¿Sabías? — Se animó a decir el chofer.
    
    —Si. Lo sé. Y te puedo asegurar que eso me trae más problemas que otra ...
    ... cosa. ¿Podemos viajar en silencio, por favor?
    
    El chofer accedió. Se sintió incómodo durante los quince minutos que duró el viaje. Clara, por su parte, se preguntaba, intrigada, cómo la iba a poseer el hombre que iba a visitar. Le gustaba atarla a la cama, y penetrarla mientras ella estaba completamente inmóvil. Otro fetiche que tenía era tratarla como a una mucama. En una ocasión la hizo ponerse un uniforme de empleada doméstica, y le ordenó limpiar toda la casa. Recién cuando dejó todo reluciente se dignó a cogerla. También le gustaba grabarla mientras ella se tragaba su pija. Disfrutaba vendarle los ojos e introducirle en sus orificios objetos que ella desconocía. Le fascinaba escarbar su ano con los dedos. Le exigía que le envíe fotos desnuda, y ella obedecía.
    
    ¿De dónde había surgido esa obediencia? Se preguntó Clara, mientras se acercaba a su destino.
    
    Lo había conocido de pura casualidad. Ella caminaba por el barrio, y él le dijo un piropo. Ella se sintió incómoda, pero sonrió. En los días siguientes notó que se daba la extraña coincidencia de encontrárselo muy a menudo. Ella iba de compras y él estaba en una esquina. Clara sentía cómo la desnudaba con la mirada. En una ocasión le dijo que tenía un hermoso culo, y ella no supo cómo reaccionar. La cosa siguió así por unas semanas. Él le decía piropos subidos de tono, le pedía el teléfono, la invitaba a salir, y ella sólo fingía que no escuchaba. Hasta que un día, clara llegó de noche del trabajo. Alguien la agarró ...
«1234...7»