1. El toro mecánico


    Fecha: 20/02/2023, Categorías: Incesto Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... Alex me miraba desde abajo, besando mis pechos por el costado, bajando con sus labios hasta mi cintura donde cogió el vestido con las dos manos por ambos lados y lo empezó a bajar cogiendo también mi tanga.
    
    Alcé un poco mis nalgas para que pudiera quitarme la ropa con más facilidad, y poco a poco levantando mis piernas me lo fue quitando mientras no paraba de besarme hasta llegar a los dedos del pie, ahora sentía su cuerpo también desnudo junto al mío y una vez que estaba sentado subí mis piernas apoyándolas en los estribos como él me había indicado abriéndole mi vagina, acariciaba su cuerpo con mis manos dibujando sus músculos con mis dedos, sentía su poderoso pene por encima de mi vulva, mis labios vaginales humedecidos se apretaban contra sus testículos suavemente, el silencio se había apoderado de nosotros y los dos dibujamos las curvas de nuestros cuerpos con los dedos casi sin tocarnos, nuestros labios se besaban con pasión en la distancia, sin parar de mirarnos, sin que nada nos hiciera mirar hacia otro lado.
    
    Alex poco a poco fue bajando su mano por mi cuerpo hasta llegar a mi tripa escalando mi monte de Venus y bajando por la otra cara hasta toparse con el pequeño botón rosado, mi clítoris crecía a cada roce, mi cuerpo se estremecía con cada caricia, estaba demasiado excitada y deseaba que me hiciera suya, que empezara hacerme el amor y que no parara hasta el amanecer, Alex cogió su pene con su mano y apartándose un poco lo empezó a pasar por mis labios, ...
    ... asomando la cabeza de su glande por mi vagina, humedeciéndose con mis flujos subiendo y bajando por mis labios, yo me apretaba los pechos con fuerza, pellizcando los pezones del placer, nuestras miradas se cruzaban una y otra vez, nuestra respiración acelerada como después de una maratón, jadeantes los dos esperando el momento en que él decidiera hundir su pene en mi vagina.
    
    La noche estaba estrellada, estaba realmente preciosa y la luna nos iluminaba como un foco a la vez que unas pocas nubes nos ocultaban de su mirada, mi cuerpo se estremeció cuando empecé a notar como su pene empezaba a penetrar en mi interior, como poco a poco se había metido entero dentro de mí, deslizándose por mi vagina tremendamente mojada, dilatada para ese momento en que por fin Alex me hacía suya, su pelvis se juntaba más a la mía, nuestros sexos se habían fundido y no se separaban, pequeños empujones intentando meter su polla más dentro de mí y ni un gemido, ni un grito de placer, no podía, estaba llena de él, mi boca era incapaz de cerrarse, mis ojos se nublaban y mis manos arañaban y apretaban con fuerza sus brazos que se habían apoyado sobre la manta aterciopelada del toro a ambos lados de mi cuerpo.
    
    Alex movía su pelvis despacio hacia delante y hacia atrás, sacando su pene de mi vagina unos pocos centímetros, dejándola prácticamente entera dentro de mí, yo la apretaba con mis músculos, sabía que eso les gustaba a los chicos y quería que Alex disfrutase de mí como yo lo estaba haciendo de él, ...
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