Mi jardinero
Fecha: 20/02/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... índice, el tatuaje que cubría toda su piel desde el hombro hasta la muñeca. Al llegar a su muñeca aproveché para dejar mi mano, disimuladamente, en su pierna. Él jugaba con el nudo de mi bikini en mi espalda.
- Tienes muy flojo este nudo. Se te podría soltar.
Un comentario absurdo, típico del flirteo de los hombres. Yo no me andaría con tantos rodeos. Sabía lo que quería y lo quería ya. Así que le contesté:
- Si, si tiras más se soltará.
Él, mientras me miraba, supongo que por ver la expresión de aprobación en mi cara, iba tirando lentamente hasta desatar el nudo. La parte de arriba de mi bikini estaba suelta. Si no había caído en ese momento, fue porque estaba pegado a mi piel mojada. Quité mi mano de su pierna y agarré mi bikini por la parte del escote. Mis senos quedaron al descubierto, y él, como si nunca hubiese visto unos, se quedó embobado. Llevé ahora mi mano a su entre pierna, su cara mostró con asombro lo inesperado de mi acción. Sabía lo que iba a pasar a continuación. La misma mano que desató el nudo, ahora estrujaba mis senos. Estaba empalmado y muy bien dotado. Le sonreí, mostrándole mi entusiasmo por su pene, mientras me mordía el labio inferior. Le pedí que se sentara dos escalones más arriba. Su poya estaba fuera del agua y totalmente erecta. Parecía que disfrutaba de la situación. Yo, medio nadando, me puse entre sus piernas, y mirándolo, lamí su pene rasurado desde los genitales hasta la punta. Sabía a cloro del agua. Él se apoyó en sus codos, ...
... tumbado hacia atrás, mientras me miraba. Que caliente me estaba poniendo, se la estaba chupando a mi jardinero, de película.
Con mi lengua, daba vueltas a su glande, lo besaba delicadamente. Lo miré fijamente, sonriendo, con la punta de su poya tocando mis labios. La agarré con mi mano, y me la fui introduciendo lentamente en la boca. Intenté llegar hasta el final, pero me fue imposible. Suavemente iba succionando su miembro, hasta que el sabor a cloro fue desapareciendo. Subía y bajaba, intentando profundizar cada vez un poco más. Notaba como chocaba con mi campanilla, provocándome algunas arcadas. Me saqué su pene de mi boca y me fui a chupar sus testículos rasurados. Primero uno y después el otro, jugaba con sus huevos en el interior de mi boca, para terminar con una sonora chupada de su polla. Me fui poniendo de pie, para que él me bajara el tanga. Algo que no tardó mucho en hacer. Seguí subiendo escalones, para quedarme de pie, con mi coño encima de su cara. Él estaba entre mis piernas, tumbado hacia atrás, le agarré del pelo para llevar su boca a mi vagina. Rápidamente empezó a dar lengüetazos, lamiéndome el coño, de arriba abajo, como si no existiese un mañana. Llevó sus fornidas manos a mi trasero, y empezó a manosearlo mientras me chupaba lo más íntimo. Notaba lo mojada que estaba y oía el sonido que provocaba su lengua con mis fluidos. La jardinería no era lo único que se le daba bien.
Aprovechando la posición en la que estaba, me di la vuelta para darle la ...