1. Mi jardinero


    Fecha: 20/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... espalda. El seguía comiéndome, pero ahora solo veía mis glúteos, y su nariz estaba pegada a mi ano. Yo me incliné hacia delante, sin flexionar las piernas, para llegar a agarrar su miembro. Una vez comprobado lo duro que estaba, bajé dos escalones y me puse en cuclillas. Agarrando su polla por la base, me la fui introduciendo en mi húmedo coño a medida que iba descendiendo. En esa posición, empecé a subir y bajar lo que mis piernas me permitían. Parecía que estaba haciendo sentadillas, con la ventaja que cada vez que descendía, notaba como entraba dentro de mí. Se escuchaba las nalgadas golpeando en el agua como si estuviese dando palmadas. Como esa posición es agotadora, me levanté, lo agarré de la polla, para tirar de ella hacia arriba y cambiar de posición. Quería que se incorporase y no mediaban muchas palabras entre nosotros. Me puse apoyada en el bordillo de la piscina, como si estuviese en la posición del perrito. Él se puso tras de mí, me agarró de mis glúteos para abrirme y comenzó a embestirme contra el bordillo. Una tras otra, con cada empuje que me daba me excitaba más, no sé si por la polla que tenía o por la excitación del contexto. Yo estaba a punto de correrme y le pedí a él que se corriese fuera. Las piernas me temblaban. El pasó su mano, por mi cintura, hasta llegar a tocarme el clítoris. Era ...
    ... espectacular la sensación de estar empotrándome por detrás mientras me masturbaba mi punto g. Me estaba conteniendo pero ya no podía más, empecé a gritar de placer, agarrándome al bordillo como si me lo fueran a quitar. Hacía tiempo que no llegaba al clímax, y él lo estaba consiguiendo. Creo que los vecinos lo saben, porque mis gemidos los escucharía todo el vecindario.
    
    El aún no se había corrido, así que me di la vuelta, me la metí en la boca y comencé a chupársela. Antes sabía a cloro, ahora sabía a mi vagina. Cuando noté que iba a correrse, su cara era delatadora, la saqué de mi boca para que terminara en mis pechos. Su semen caía en la piscina, flotaba como humo de tabaco en el aire. Espero que la depuradora trabaje bien.
    
    Me incorporé, le di un beso en la mejilla, y le susurré al oído que no contara nada. Recogí mi bikini, me puse mi albornoz y me fui otra vez a la ducha. Esta vez con más intimidad. Él se puso sus pantalones, recogió sus cosas y se marchó. Ahora cuando follo con mi novio, pienso en el jardinero, en su polla, en su cuerpo y en esas manos tan fuertes estrujando mi culo. Quiero a mi chico, pero la excitación de ese momento me hace disfrutar más del sexo. Aunque, como dije al principio, vivir con esta culpa me atormenta, no sé qué hacer. No sé si contárselo, o volver a follarme a mi jardinero. 
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