El regalo: Un antes y un después (Vigésima séptima parte)
Fecha: 27/02/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... envolvió tentadoramente, aquel «inolvidable» regalo. Solitarias y dispersas como yo, adornaban en descoordinado desorden el suelo de laminado caoba y a mi lado izquierdo, –arrugada como mi alma– reposaba la fina bata de un translucido negro en el centro de nuestra sala y sobre uno de los brazos del sofá, mí tanga brasilera, poco usada y extendida al revés. Trofeos caídos y apartados de mi cuerpo por aquellas suaves manos que solo pude imaginar, mostrando explayada en aquella pequeña prenda, la humedad blanquecina del éxtasis estimulado por electrizantes ondas, a causa de aquella rosada mariposa de silicona, que permanecía en calma sobre la mesita auxiliar, simulando ser una vanidosa compañía a la botella de aguardiente sin tapar.
Todo allí no colaboraba para apaciguar mi dolor. Me hacían mala compañía, presionando aún más el abatimiento en mi pecho e impulsando mis ganas de salir corriendo a cualquier lugar. Me levanté, recogí la bata y con ella abrigué un poco mi desnudez. Apagué las rojas velas con rabia y ardores momentáneos en las yemas de mis dedos. Y así en penumbras, me fui alejando del terreno donde no disputé la batalla, engañada me entregué. Sin comer nada, porque hambre no sentía y el malestar en mi corazón, con seguridad se hubiera encargado de apartarla. Pero con la botella de aguardiente en mi mano izquierda, los cigarrillos y el rosado encendedor en la derecha, me dirigí con pasos derrotados hacia la alcoba principal. ¡Vacía!
Pero era mejor para mí ...
... refugiarme allí, pues en aquella sala me sentía perseguida por el fantasma de una más que segura separación. Busqué mi bolso, uno nuevo de estilo «carryall» en neopreno negro, muy ligero y práctico, que había comprado con el dinero que Amanda, –dos días antes de cumplir con el pacto– me había ofrecido como préstamo, el cual nunca llegaría a cancelar, pues cuando mi amiga se enteró del uso que le iba a dar, ella emocionada me lo entregó para que yo también consiguiera la justificada… ¿Compensación?
…
—¡Rodrigo, él se fue! Hugo... Él finalmente me abandonó. —Y pude escuchar como Martha sollozaba al otro lado de la línea.
—¡Martha!… Primero que todo cálmate. Lo que sucedió, consumado está. Y ahora tanto tú como yo, debemos enfrentar las consecuencias. ¡Tranquilízate! Dime donde estas, preciosa. ¿Quieres que te recoja? —Y Paola aferrada a mi brazo derecho, quien pudo escucharlo todo con bastante claridad, agitando con rapidez en el aire su mano derecha como si se le estuviera quemando, apretó también sus carnosos labios rojos, en coloquial gesto suyo de… —¡Erdaa, nene! Que hijueputa cagada–.
—Me quiero morir Rodrigo. ¡No puedo seguir sin él! —Me habló entre gritos que causaron más que sobresaltos, una gran pena en mi corazón.
—Ya voy Martha. Dime por favor donde te encuentras y espérame. Estoy con Paola y ya vamos por ti. —Le respondí apurando el paso junto a mi rubia compañera, para llegar a la SUV.
—Rodrigo, si ven por mí, ayúdame. Estoy fuera de la casa de ...