1. Te quiero amar


    Fecha: 05/03/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... del tren Amanda llevaba un vestido nuevo. Damián iba con su tío, y antes de subir encontró la forma de escaparse y llevarse a Amanda a un lugar en donde nadie podía verlos. Demasiado ocupados besándose, no podían sentir la soledad que pronto habría de cernirse sobre ellos. Damián partió al atardecer reiterando su promesa de volver a una bella muchacha que veía alejarse el tren con los ojos llenos de lágrimas. Le dijo que volverían a nadar juntos en ese río, y a pesar de que vivieron juntos y felices por mucho tiempo nunca jamás cumplieron ya esa promesa.
    
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    Sentada en una silla de madera, Anastasia veía a su padre arrodillado junto a la cama de mamá ofreciéndole pequeñas cucharadas de sopa.
    
    Mientras la enfermedad consumía a Amanda, Damián se iba volviendo cada día más triste. Eso afectaba a Anastasia, quién hacía todo lo posible por alegrarlo. Sentada allí con sus pequeñas piernas colgando, veía a mamá rechazar la sopa. Algunas veces la veía poner una mano entre el cabello de papá, cuyos ojos apenas podían contener el llanto. Entonces Anastasia María se ponía de pie y sin hacer ruido salía de la habitación. Se desnudaba y se metía en la bañera. Damián la encontraba allí horas después, echa un ovillo en el agua y con la piel arrugada. Y a pesar de sus ojosn enrojecidos, Anastasia lo veía sonreír. Saltaba entonces nuevamente a sus brazos, y Damián apretaba el pequeño cuerpo desnudo y húmedo de Ana contra su traje arrugado. La sacaba de allí dando tropezones y la ...
    ... llevaba a su cuarto, donde la dejaba tendida en la cama y expuesta en toda su desnudez. Ella se dejaba hacer, y antes de que papá pudiera vestirla, le pedía siempre que la besara en los labios. Él accedía a fuerza de súplicas y peleítas, y se daban apenas un infantil beso, que le llenaba a Ana la cabeza de fantasías como antaño las tuviera su madre.
    
    «Y ahora por favor vístase, princesa, que su caballero la está mirando desnuda».
    
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    Amanda murió una mañana gris de octubre. Damián dormía siempre a su lado, y a la víspera habían estado conversando, rememorando sus días de juventud.
    
    «¿Te acuerdas de aquella vez, Damián, cuando te caíste del árbol?»
    
    «Creí que me había roto una pierna»
    
    «Debiste de hacerme caso»
    
    «¡Era eso lo que hacía!»
    
    «¿Recuerdas aquella vez que contamos cuatrocientas mariposas?»
    
    «¿Cómo voy a olvidarlo? Comenzaste a decir que todas eran personas que estaban soñando»
    
    «¿Y aquella vez, cuando te volví a ver en la ciudad?»
    
    «Fue el momento más feliz de mi vida»
    
    «Dime, anda, dime, si recuerdas aquella vez, en la pradera, cuando bajaste los tirantes de mi vestido...»
    
    La madrugada recibió a dos cuerpos entrelazados, que sin saberlo sabían que se estaban amando por última vez.
    
    Cuando Anastasia María se levantó temprano aquella mañana, al caminar por el pasillo de la habitación de sus padres escuchó un llanto desgarrador.
    
    14
    
    Sepultaron a Amanda en el cementerio de la ciudad. Yo estuve allí cuando todos se hubieron marchado, como ...
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