Te quiero amar
Fecha: 05/03/2023,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... también estuve allí en el momento en que ella murió. Vi claramente en el interior de sus almas. No era aquella tarde en la pradera, cuando los labios les dolían de tanto besarse, lo que ambos recordaban en ese momento. No era el sudor del cuerpo de Amanda la primera vez, cuando Damián había bajado los tirantes de su vestido y se había encontrado con dos pechos que aún no habían acabado de florecer.
Lo que él recordaba, y sabía que ambos sabían y no se atrevían a decir, era aquél día caluroso de un verano perdido, cuando una niña traviesa le decía junto a las aguas de un río ancestral que por favor se diera la vuelta. Ella recordaba exactamente lo mismo.
«Anda, vamos, sé un caballero y date la vuelta»
«¿Qué es lo que vas a hacer?»
«Sólo date la vuelta»
«¿Por qué?»
«Quiero nadar»
«Entra al agua entonces»
«No voy a nadar con la ropa puesta»
«No entrarías desnuda nunca»
«No, eres tú quién nunca lo haría»
«Claro que puedo hacerlo»
«¿En serio? —rió— quiero verte hacerlo»
«Entonces date la vuelta»
Amanda rió todavía más.
«¿De verdad? Muy bien, caballero, ya lo hago»
Y se volvió. Damián tragó saliva. ¿Cómo habían llegado a esa situación? Mientras se desvestía viendo la espalda de Amanda, sabía que ella estaba sonriendo. Se quitó toda la ropa y se apresuró a entrar en el agua para ocultar su desnudez. Cuando escuchó el sonido del agua Amanda se volvió. Contempló las ropas abandonadas y comenzó a aplaudir de emoción, levantó la camisa de ...
... Damián y empezó a saltar agitándola en el aire.
«¡Wow! ¡Lo hiciste! ¡De verdad lo hiciste!»
«Sí, bueno, te dije que podía»
«Ahora me toca a mí»
«Ehh...»
«¿Te darás la vuelta o prefieres que me desnude frente a ti?»
Damián se sonrojó hasta las orejas y se zambulló. Cuando sacó la cabeza del agua le daba la espalda a Amanda.
La niña que todavía era una niña se quitó el vestido igual que la vida adulta se quita así misma la felicidad. Se desnudó con rapidez. Apenas dos prendas de ropa y unas sandalias viejas.
Lo último que se llevó consigo fue el recuerdo de aquella tarde, el cabello mojado de Damián, el contacto de una piel con otra y la tierna y dulce humedad de sus labios.
Y así fue como Amanda llegó hasta mí. Murió con una sonrisa, y cuando la recogí, traía consigo la más bella historia y su alma estaba llorando.
15
Volví a ver a Anastasia María apenas unos años después. Ella y su padre seguían siendo el uno para el otro. Damián se veía más melancólico, más consumido por la tristeza. Anastasia empezaba a florecer. Dos pequeños pechos asomaban tímidamente por sobre la tela de su vestido. Ella y Damián salían a dar un paseo por el parque todos los domingos. Anastasia, flor de primavera, tomaba del brazo a aquél apuesto caballero cuyos cabellos empezaban a encanecer y juntos caminaban bajo los árboles que
recortaban de sombra el filo de la banqueta.
Solían hablar poco durante esos paseos, cada quién sumido en sus propios
pensamientos. ...