Bendito fútbol 3
Fecha: 10/03/2023,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... que es porque la otra también ocupa su espacio.
- D - ¿Eva, de verdad te gusta? ¿Sientes placer?
- Al principio había algo de dolor y eso que mi culo es cualquier cosa menos virgen gracias a vosotros, pero ahora estoy bien. Me está gustando. Si no os importa, prefiero concentrarme en mi placer.
Les dejé follarme a su antojo. Levanté ligeramente mis caderas para ayudar a David a moverse. Ahora eran las dos pollas las que entraban y salían de mi cuerpo. Se alternaban y cuando una entraba la otra salía. Poco a poco me fui encontrando en la gloria. En la vagina tenía la polla de mi marido que tanto placer siempre me produce y atrás tenía la de Luis que lo que lograba era que aumentara la fricción y por lo tanto el placer de todos.
Un rato después yo me corría y casi al mismo tiempo escuchamos los gemidos de Luis, que se retiró enseguida. Fede ocupó su lugar y comenzó a follarme. Yo estaba como en una nube de placer que subía y bajaba proporcionándome más orgasmos cada pocos minutos. Mi marido también se corrió pero no la sacó. Aunque ya no estaba tan gruesa ni se movía me gustaba sentirla en mi vagina. Mis orgasmos eran menores y más ligeros pero continuaron hasta que Fede se corrió a su vez.
Los tres abandonamos la forzada postura y me tumbé junto a David.
- Chicos, esto es una maravilla –dije en cuanto pude-. Me encanta sentiros dentro de mí al mismo tiempo.
- F – Pues a nosotros también nos gusta.
- D – Pajilleros, a vosotros lo que os gusta es mojar, ...
... nada más. Os da igual dónde sea, jajaja.
- L – David, no te pases. No todos tenemos la suerte de tener a una diosa como Eva a nuestro lado. Nos das mucha envidia, eres un cabrón con suerte.
- D – Y vosotros unos salidos, jajaja.
- Dejadlo ya. La más afortunada soy yo que tengo tres machos a mi disposición.
- F – Pues yo pienso que los más afortunados somos Luis y yo que tenemos ocasión de realizar cosas que solo unos pocos llegan a soñar. ¿Cuántos hombres tienen un amigo que tiene una esposa que está buenísima, a la que le gusta mucho el sexo anal, que esté dispuesta a hacerlo con los amigos del marido y que el marido consienta? ¿Cuántos, cuántos? Prácticamente ninguno. Pues nosotros somos esos afortunados.
- D – Dejadlo que no es una competición. Todos somos afortunados. Vosotros por poder hacerlo con nosotros, Eva por tener (como dice ella) a tres machos a su disposición y yo por tener a una mujer que no solo colma mis necesidades y deseos en el sexo sino que además es tan marchosa que está dispuesta a meter en nuestra cama a nuestros amigos. No puedo estar más feliz –dijo David dándome un beso en los labios y acariciándome la mejilla.
- ¿Entonces no te importa que te haya convertido en cornudo, mi amor?
- D – No digas eso por favor. No soy un cornudo. Un marido es un cornudo cuando la esposa lo hace con otro a sus espaldas, y aquí estamos los cuatro bien a las claras. Te recuerdo que la vez anterior fui yo el que te pidió varias veces hacer un trío, el ...