1. Una tarde cualquiera


    Fecha: 19/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... desesperante juego, me agarró fuertemente del pelo apartándome de su sexo diciendo que le penetrase, que quería sentirme dentro de ella.
    
    Me hubiera gustado jugar con mi glande en la entradita pero no me lo permitió agarrándome del culo y, tras enfundarme un preservativo, empalándose de golpe; esa sensación de cómo mi polla iba abriéndose paso en su cuevita, como iba apartando esas paredes que se ajustaban perfectamente a mi tamaño, casi consigue que me corra de golpe, pero aguanté el tirón. Empezamos un tradicional misionero, para enroscarse con sus piernas alrededor de mí consiguiendo una penetración mucho más profunda.
    
    Sus suspiros me animaban a empujar una y otra vez, cada cual más fuerte y profunda, y cuando parecía que se iba a correr, de repente, me apartó de ella.
    
    - Dame a lo perrito - me dijo poniéndose a cuatro patas.
    
    Yo no me lo pensé, estaba super burro, y quería que ella disfrutara aunque fuera la mitad de lo que me estaba dando ella.
    
    No hubo preámbulo, un lenguetazo en su anito, para acercar y penetrar sin miramientos aquel chochito caliente. Con mis manos en sus caderas en un principio, para agarrar su rojiza melena con una mano después. Enseguida con la otra mano me estaba apropiando de sus ...
    ... tetas, retorciendo y pellizcando sus pezones. Esto se estaba poniendo muy, pero que muy bruto, no había marcha atrás, cuando de repente, y sin previo aviso, dió un grito que se pudo oír en todo el vecindario.
    
    - CABRÓN, NO QUERÍA CORRERME!!! CABRONAZO, CÓMO ME CORRO!!!!
    
    Una, dos, tres, perdí la cuenta de las contracciones de su vagina, se le doblaron las piernas cayéndose hacia la cama, y de la fuerza con que su chocho apretaba mi verga, me arrastró encima de ella sin poderme liberar. Parecíamos perros follando.
    
    Esto fué superior a mi, no pude más y mi miembro empezó a escupir chorros y chorros de semen que se mezclaban perfectamente con el río que salía de ella.
    
    Aquel orgasmo duró más de un minuto dejándonos a los dos enganchados sin poder separarnos. Poco a poco nos fuimos relajando, y por fín pudimos separar nuestros cuerpos. No hubo un nuevo beso, ni una caricia, ni un….
    
    - Ufff! qué tarde se ha hecho, tienes que marcharte, vístete, mientras me aseo!!!
    
    Recuperé mi ropa y me vestí rápidamente, mientras se oía el ruido de la ducha, y cuando estaba a punto de irme, sin una sola despedida, oí un grito que me decía:
    
    - ¡¡No te olvides de dejar los 120€ encima de la mesilla, que debería haberte cobrado lo primero!! 
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