1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima cuarta parte)


    Fecha: 28/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... ahora trabaja para él. David se inmiscuyó en la industria petrolera. Y están en esta ciudad gestionando una probable adquisición de acciones de un importante grupo italiano.
    
    Saciada mi curiosidad, mi jefe se dirigió a su habitación y yo a la cafetería del hotel. Hablé con mi esposo ya más en calma, relatándole mi día lleno de buenas noticias laborales y culturales, pues yo estaba dichosa de haber deambulado y fotografiado parte de la ciudad. Me escuchó con detenimiento, emocionado por los detalles de mi paseo junto a mi asistente y felicitándome por mi buen desempeño. Rodrigo también estaba dichoso por su doble negocio, muy cansado eso si para poder cumplir con su palabra al comprador. Y para no dañar aquel buen momento, omití el pequeñísimo detalle de que tendría que dejarle a él y a mis pequeños, cada tres meses a partir de ese momento. Un sacrificio que pensé, sería mejor exponérselo personalmente.
    
    —¿Qué prefieres para comer? —Me dijo llamando mi atención, cuando bajó de su habitación.
    
    Y ese hombre allí esperándome de pie, con su look informal pero distinguido, me pareció muy guapo. Verlo con un jersey negro de cuello alto, pantalones negros también a cuadros y zapatos de amarrar perfectamente lustrados, más con los lentes oscuros de carey sobre su cabeza y su sonrisa que en Madrid parecía dejar en casa cuando iba a la oficina, le hacían ver realmente como un maduro muy atractivo.
    
    Salimos los dos separados hacia a la calle, dejando atrás la recepción y ya ...
    ... fuera del hotel, mi jefe ahuecando su brazo derecho, me invitó a pasar el izquierdo mío por debajo del suyo, para así caminar como una pareja de… ¡Muy buenos amigos! Claro, de esos sin derecho a nada más cercano que una buena relación laboral. Él como mí elogiado jefe y yo, su fiel secretaria y amiga confidente, lejos de nuestras respectivas parejas.
    
    Mi jefe revisó una aplicación en su móvil y atravesando la Piazza San Carlo, por una calle empedrada, dimos con una vía ancha y pavimentada con sus edificaciones de estilo barroco, engalanada por arcos de piedra y frisos preciosos. Y un poco más allá, ingresamos a un bello y elegante restaurante de comida japonesa.
    
    Y en verdad se comportó como todo un caballero durante la cena. Hablamos de aspectos organizativos y administrativos, entre bocado y bocado. Orgulloso de mi por la presentación y claro, disculpándose por dejarme a mi toda la exposición. Según él, porque yo estaba más enterada que él, al haberlo realizado en conjunto con mi compañera Magdalena y además porque estaba plenamente convencido de mis habilidades.
    
    Un hermoso lugar en una bella ciudad y en una noche estrellada, la comida deliciosa y la manera tan eficiente y amigable con la que nos atendieron, redondearon unas horas ciertamente agradables. No hizo en toda la velada, alguna inapropiada proposición. Tan normal, que de vuelta hacia el hotel bajé mis defensas y sin reservas le invité una cerveza para hablar de cosas más banales, –mientras yo fumaba un ...
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