1. Plantada en el cine


    Fecha: 05/04/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Esautomatix, Fuente: CuentoRelatos

    Volví a comprobar mi reloj, la séptima vez en pocos minutos. Acéptalo, me dije, no va a venir.
    
    Esperaba dando vueltas por la entrada del cine, con una minifalda cortísima, un top escotado con la espalda descubierta, y unas sandalias ‘fóllame’ de tacón alto. Parecía la típica mujer a la que han dejado plantada, lo que era totalmente cierto.
    
    Comprobé mi teléfono, pensando en que quizás no había escuchado la llamada o algún mensaje recibido. Algo que él debería haber hecho si quería cancelar la cita, por lo que fuese, cualquier emergencia... pero no. No había mensajes.
    
    ---
    
    Había conocido a Enrique en clase de yoga. Era el único hombre entre diez mujeres, y me impresionó su valentía para unirse a un grupo femenino... pero también su físico. Tenía un cuerpo realmente vigoroso, y me gustaba observar sus músculos mientras hacía los ejercicios. Imaginaba que estaba tumbada bajo él, sobre la estera, mientras bajaba sobre mí con esos fuertes brazos.
    
    Decidí charlar con él después de la clase, fuimos a por unas copas, congeniamos, y nos fuimos a su casa para una estupenda noche de sexo.
    
    Inicialmente era pasional, fogoso, un auténtico semental. Tenía una resistencia extraordinaria y me fascinaba sentir su enorme miembro palpitando dentro de mí. Y a él también le gustaba penetrarme con ganas, llenarme, mientras le apretaba con mis entrenados músculos pélvicos. A veces me torturaba, saliendo de mí lentamente y quedándose justo en la entrada de mi vagina, hasta que le ...
    ... rogaba que entrase de nuevo, con mis brazos y piernas rodeándole y desesperada por ser penetrada. Era una tortura exquisita, y me llevaba a un punto en que no podía evitar llegar una y otra vez, repetidamente, hasta que me dedicaba una amplia sonrisa antes de derramarse en mi interior, con un profundo gemido de animal salvaje.
    
    Presumía de amante, ignorando las advertencias de todas mis amigas sobre su reputación de cabronazo, de usar a las mujeres para su conveniencia. ‘Puede usarme de todas las maneras que se le ocurran’, les decía, recordando los maravillosos orgasmos. En realidad, no sabía si lo nuestro iba a algún lado, pero el sexo era tan bueno que tampoco me importaba.
    
    Sólo vino a algunas clases más de yoga, explicando que no solía mantenerse mucho tiempo en algo, que le gustaba probar cosas nuevas. Debería haber notado que también incluía a las personas.
    
    ---
    
    Le eché un vistazo a la cantidad de gente haciendo cola para entrar. Sábado noche, película popular, y por supuesto, la mayor parte de ellos eran parejas. Enrique no se presentaba, y esto sólo añadía sal a la herida.
    
    Ya sólo faltaban cinco minutos, y tenía que tomar una decisión. Podía volver a casa, apenada, y emborracharme. O llamar a una amiga, para emborracharme con compañía. Pero también podía entrar y ver la película por mi cuenta. No es algo que no hubiese hecho antes, no es exactamente como comer sola en un restaurante. En esos casos, siempre me llevo un libro o el laptop. Pero aquí sólo tenía ...
«1234...»