Esta noche es Nochebuena
Fecha: 08/04/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos
... dio un salto de júbilo y su novio respiró pensando que ya podían ducharse e irse a ayudar en los preparativos de la cena.
Después de haber tensado sus músculos ya se sentía mejor y enfilaron hacia las duchas, pero para llegar a ellas tenían que pasar por un pasillo que separaba con un cristal transparente la sala de musculación. Ana se quedó mirando a un hombre maduro de una edad indefinida. No pudo calcularla porque aquel hombre desarticuló sus esquemas. Sabía que era mayor, sin embargo, el ejercicio diario perfectamente podía haberle quitado entre diez y quince años, por tanto le fue difícil calcular su edad, aunque estaba segura que rebasaba los cincuenta. Solamente quedaba él en la sala de pesas y Ana repasó toda su anatomía de cabo a rabo. Iba con un pantalón corto luciendo unas piernas estriadas, y una camiseta de manga corta contribuía a resaltar unos magníficos brazos. Cada una de las dos prendas perfectamente ajustadas al cuerpo marcaba su cincelada musculatura. No poseía un cuerpo excesivamente voluminoso, pero sí que era un físico muy trabajado, con separación muscular y una definición propia de los mejores atletas. Una vena gorda recorría sus bíceps y bajaban hasta sus antebrazos ramificándose en numerosas venas más finas. Sus piernas perfectamente contorneadas, separaban los vastos interno y externo del cuádriceps, y todos ellos adornados con ramales de venas que se esparcían por las extremidades inferiores.
Quizás tanta definición era síntoma inequívoco de ...
... que el tipo estaba ciclado, pero no le importó para que su vista se recreara en el escultural físico del que hacía gala. Lo que tenía claro es que aquel hombre no parecía español. Parecía más un vikingo, o un dios nórdico. Asimismo, era imposible no perderse en sus profundos ojos de un azul tan intenso que parecía que llevara lentillas. Era rubio, con el pelo largo, y una barba no muy poblada le confería un aspecto aguerrido muy varonil. Era difícil no detenerse en cada uno de los atributos de aquel vikingo, y Ana no fue menos. Sus piernas avanzaban hacia los vestuarios, pero su cabeza no parecía querer compartir la misma ruta y su cuello fue torciéndose mientras avanzaba, quedando en una postura casi antinatural, hasta que se obligó a darse la vuelta para continuar contemplando aquel espécimen salido de la mitología nórdica.
El novio de Ana, más pendiente de que se estaba haciendo tarde, pareció no percatarse del repaso visual que su novia le aplicó al vikingo. Después se despidieron momentáneamente y cada cual enfiló a su vestuario.
Dentro de los vestuarios de caballeros estaba el dueño del gimnasio intentado solucionar un problema de la caldera, y le advirtió que no había agua caliente en las duchas de caballeros. Se disculpó por las molestias, pero tampoco podía hacer más. Era Nochebuena y el problema tendría que solucionarse después de Navidad, por lo que el novio de Ana decidió que ya se ducharía en casa y se fue a esperarla al hall que estaba en la entrada.
A ...