1. Esta noche es Nochebuena


    Fecha: 08/04/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos

    ... los dos minutos el vikingo se encontró con el mismo problema cuando fue a ducharse. El dueño le advirtió que no iba la caldera, sin embargo, pensando que ya no quedaba nadie en el gimnasio le ofreció ducharse en los vestuarios de las mujeres, por tanto, cogió sus cosas y allí se dirigió. Cuando entró, daba por hecho que no quedaba nadie y no reparó en las cosas de Ana, que en ese momento se encontraba en el baño, con lo cual se desnudó y se metió debajo del chorro. Eran duchas individuales, separadas la una de la otra por una pequeña mampara que únicamente cumplía la función de delimitar los espacios.
    
    Ana salió del baño desnuda con sus chanclas, cogió su toalla y se dirigió a las duchas pensando que era otra mujer la que se estaba duchando en ese momento, pero se quedó en shock cuando vio al vikingo como Dios lo trajo al mundo enjabonando su cincelado cuerpo. Él tenía los ojos cerrados mientras el agua caía directamente sobre su rostro. Ana estaba boquiabierta sin poder articular palabra, ni siquiera podía moverse. Si hubiese habido moscas, habría corrido el peligro de que se le metiera alguna en la boca. Se quedó a mitad de camino, allí varada de pie y mirando como el vikingo se frotaba con las manos el cuerpo enjabonado, mientras Ana no perdía detalle del proceso. Después, las manos del hombre se entretuvieron más de lo que cabría esperar en un pene flácido, pero que a pesar de ello parecía de buen tamaño y realmente apetecible. Entre los repasos que se daba y el agua ...
    ... caliente dilatando sus capilares, a Ana le pareció que estaba ganando tamaño.
    
    El vikingo se enjuagó los ojos y los abrió para encontrarse a una atractiva joven de veintiséis años con un físico que hacía juego con el suyo. A pesar de la sorpresa inicial, no dejó de tocarse, y al verla allí varada, completamente desnuda y con aquel cuerpo atlético, la polla fue buscando las alturas y en cuestión de segundos tenía una erección de caballo. El maduro siguió tocándose de manera sugerente, y pese a ello Ana permaneció observando como se toqueteaba el miembro enjabonado. Ana notaba como su respiración se iba acelerando, al mismo tiempo que una ola de calor recorría su cuerpo. No sabía si vestirse y marcharse o quedarse y abandonarse a aquel hombre. Y la verdad era que suspiraba por quedarse contemplando a aquel hombre. Después de un minuto de examinar como se tocaba, su mano derecha ascendió lentamente por su muslo hasta detenerse en su sexo, a la vez que contemplaba como el hombre seguía moviendo su mano a lo largo de un falo erecto esperando una respuesta por parte de ella. Ana deslizó los dedos por su raja gelatinosa y mientras miraba como aquel maduro movía su polla en movimientos lentos, sus pulsaciones fueron en aumento y su boca se abrió deseosa. La lengua recorrió su labio superior involuntariamente alentada por el deseo. Los dedos se introdujeron en su sexo como si tuviesen voluntad propia y empezó a masturbarse delante del hombre al mismo tiempo que lo hacía él. Su boca se ...
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