Esa noche era mía, yo era la luna y ellos mis estrellas.
Fecha: 14/04/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: kenaya, Fuente: RelatosEróticos
... capó de su coche a unos 10 metros de nosotros así que comenzamos a jugar para que nos viese y ver su reacción. Nos besamos y tocábamos los genitales mutuamente y pudimos presentir como se acercaba a nosotros tímidamente.
Me puse de cuclillas, me dispuse a lamerle el pene a mi pareja y seguir esa mamada pendiente. Eso provocó en el chico vergüenza y comenzó a alejarse de nuevo, pero mi novio le dijo “ven, no seas tímido”.
Yo seguía comiéndole la polla a mi chico y noté como se le ponía mucho más dura de lo que ya la tenía. Miré a mi derecha y el chico estaba justo ahí, a un metro de mí, quieto, en silencio, observando y expectante. Cuando quise incorporarme me subí la mascarilla y le hice un gesto con mi índice indicándole que se acercase más a mí. Me apoyé en el maletero del coche, me subí la falda y empecé a masturbarme, mi novio me miraba mientras se pajeaba observando mi comportamiento así que el chico comenzó a tocarse suavemente.
Esos dos hombres estaban ahí quietos, gozando, simplemente mirando cómo yo me daba placer, así que agarré la mano de aquel extraño y la acerqué a mi pecho. Quería que me amasase bien y con fuerza mis turgentes senos. Sus manos eran suaves y delicadas, sus dedos largos cuidadosamente me estrujaban. Agarré la cabeza de mi novio y le indiqué que su cena estaba servida, estaba a punto de correme y quería hacerlo en su boca. Comenzó a mover su lengua en movimientos rítmicos mientras aquel extraño sobaba mis pechos cada vez con más ...
... intensidad. Quería más. Comencé a pajear aquel chico que pronto se dejó llevar por la situación. Sin mirar atrás, sabíamos que nos estaban observando a lo lejos pero nos daba igual. El momento se convirtió de los tres.
Mi novio se levantó, estaba gozando como un perro así que siguió pajeando él al extraño y el extraño a él.
La situación era completamente nueva pero me estaba gustando más de lo que me hubiera imaginado. Mi chico agarró el cuello del desconocido y le indicó que le tocaba comer a él...
Le chupó con tantas ganas, con tal intensidad que hasta escuchaba como llegaba el pene al final de su garganta, como chocaba contra su paladar. En ningún momento paró ni para respirar y yo me estaba muriendo de envidia. Comencé a meterle la mano por detrás, dentro de su calzoncillo y pronto topé con su ano, húmedo y dilatado. Dibujé círculos a su alrededor y cada vez se le abría más y más...
Mi novio lo estaba disfrutando tanto que a los pocos segundos se corrió en la boca de aquel muchacho. Bufff me puse tan cachonda escuchando cómo dejó caer la corrida de su boca al asfalto directamente… Mi mirada conectó a los ojos del orgasmo de mi pareja. Sentimos complicidad, aquella noche de luna llena no había restricciones.
El chico se limpió los labios y se incorporó. Yo aproveché ese momento para sacar un condón y le indiqué que se lo pusiera. Me agaché frente a él y comencé a comerle la polla. Estaba hambrienta, yo también quería comerle con esa intensidad para devolverle el ...