1. Todo... a un precio o nalgas a plazos


    Fecha: 19/04/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La ceremonia elegante y formal. Los funcionarios de la universidad con sus mejores galas y los graduados, todos de negra toga y birrete, felices y satisfechos pues ese día se graduaban y recibían su título y su cédula profesional. Era media tarde y en el patio central del edificio de rectoría todo estaba listo para la ceremonia; cerca los meseros aprestaban lo necesario para el consabido brindis de honor, a un lado la banda y el coro de la escuela daban los últimos toques para su presentación; yo, sentado en una silla plegable esperaba el momento crucial para tomarle unas fotos a María, mi amiga, novia de mi amigo Alfonso, que acompañaba a los familiares de la graduada, la que feliz estaba, por fin, a punto recibir su título de abogada en Derecho. Y mientras el maestro de ceremonias presentaba al rector para iniciar su perorata recordé cómo me había convertido en cómplice de aquella chica para que –luego de cuatro años de haber terminado la carrera y de formas poco convencionales-- pudiera obtener el ansiado título.
    
    Todo inició siete u ocho meses atrás una noche en que regresaba del trabajo y la escuela y tuve un mal encuentro: en la fila del colectivo alguien llamó mi atención: "¡Moisés, oye Moy!, espera… espera!", la reconocí de inmediato, María, la novia de siempre de Alfonso, ex compañero de la universidad, traté de evadirla pero cuando me dí cuenta ya estaba junto a mi, saludándome de beso y tomándome del brazo y "¡oye!, ¿por qué pones esa cara?, ¿qué, ya no somos ...
    ... amigos, ya no te acuerdas de mi?", y si la recordaba, durante la carrera se hizo famosa por utilizar cualquier triquiñuela para pasar exámenes, entregar trabajos y sacar buenas calificaciones, hasta utilizando al sufrido Alfonso, que tenía que cubrir las trampas de su novia cuando faltaba a clases o no entregaba los trabajos escolares a tiempo, y por ello tuvo sus dificultades, hasta… ¡conmigo!, pues varias veces discutí con él por prestarle mis cuadernos de apuntes o copiarle mis trabajos para que ella los entregara; en fin, Maria, pelo teñido de rubio, baja de estatura, cintura estrecha, nalgas maravillosas y hermosas piernas apenas cubiertas por mini faldas infartantes, pero de rostro poco agraciado, se hizo famosa en la escuela por "marrullera".
    
    Por fin, no me quedó más remedió que iniciar la plática y de pasó pagarle el pasaje del colectivo:
    
    --"¿Y bien Moisecito?, ¡mira cada vez estás más guapo!, ¡y más bueno!, ¿qué te haces o te pones eh?, ¡seguro que te llueven las novias!, ¿eh?, a ver dime ¿qué es de tu vida?".
    
    Le comenté que estaba trabajando en una institución de gobierno, que pagaban poco pero tenía tiempo suficiente para cursar mi maestría y ella:
    
    --"¿Yo?, bueno pues, ya soy secretaria de un Juzgado, gano bien y estoy aprendiendo, ya sabes… las transas y esas cosas de sacar dinero ajeno, cochupos que ahí sobran… pero… ¡estoy en un predicamento!, ya me están exigiendo el título y la cédula de profesiones, por más que le he dado vueltas al asunto ahí están ...
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