1. Todo... a un precio o nalgas a plazos


    Fecha: 19/04/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cínica.
    
    Sentí que el enojo me invadía desde los pies hasta el pecho o algo así, pero me contuve: "pues va a estar cabrón, yo no tengo tiempo para andar en trabajos ajenos, así que tú tienes que hacer tu parte, busca ayuda, o pregunta, investiga temas, haz algún proyecto, alguna cosa que hagas y me avisas y te ayudo, ¿sale?".
    
    La nalgona volvió a entornar sus ojos cafés y abrazarme por la cintura, lamiendo con su lengua mis bigotes: "pues… hummm, si, pero tú me vas ayudar… ¿sí?... en todo y ya sabes… me tienes… como quieras… cuando quieras… así como ahorita… ¿sí?, Moisecito lindo y chulo de mi vida", y su boca, como el hocico succionante de una boa constrictor atrapando mis labios y su lengua que me llegaba hasta la laringe. Cuando nos separamos de los escarceos sexuales la dejé en la metálica puerta negra de su casa, quedamos en que cuando tuviera algo me llamaría para armar el proyecto y mientras caminaba rumbo a la avenida sentí el escozor en la verga semi erecta, "pinche María, siempre me deja la verga parada y sin poder terminar, ¡hija de su pinche madre!, mañosa como siempre".
    
    Un adelanto en el cine
    
    Días después me llamó: "¡Hola amorcito de mi vida, mi lindo y adorado Moisecito!, hummm, te mando un besito, ¿sí?, mira, nos vemos mañana en la tarde en el Sanborn´s de la Zona Rosa, ya tengo casi resuelto el problema, ¿sí?, te invito el café y platicamos del asunto y veremos qué pasa, ¿quieres?", quedamos que a las seis y temiendo la "ensartada" acudí a la ...
    ... cita.
    
    Luego de un insípido capuchino y un pastel de crema y fresas:
    
    --"Mira, en la Biblioteca Central hay un madral de tesis a medias o proyectos que nunca avanzaron, ¿me entiendes?, de ahí puedes sacar un proyecto ya medio hecho, darle una "revolcada" para que lo yo presente con mi asesor de tesis, luego lo trabajamos y… ¡ya!, ¿cómo ves hijo de mi vida?, ¡tan lindo y hermoso como siempre!, ¡ay quisiera casarme contigo en lugar del Alfonsito chulo y barrigón!, ¿cómo ves?", dijo haciendo coquetas muecas con el rostro.
    
    El pedazo de pastel de fresa con mermelada se me atragantó y: "¿qué?, o sea… quieres que yo vaya a la Biblioteca Central a buscarte un proyecto, darle una "revolcada" como tú dices y que tú lo presentes… ¡estás más que pendeja!".
    
    --"¡Ay mijo!, ¿y yo a qué horas?, si trabajo todo el día… yo no puedo ir, ya sabes… pero tú… sí puedes, digo, el sábado cierran hasta las dos y puedes darte una pasadita y le buscas y… ya sabes, anda papito lindo, ¿anda dí que sí?".
    
    --"¡Ya ni chingas pinche María, nunca vas a cambiar!, crees que todo el mundo está a tu disposición, yo tengo clases los sábados, no puedo ir… ¡me encabrona que trates de utilizarme!, ¡mejor no hubiera venido!", casi le grité.
    
    Parecía que ella no hubiera escuchado mi reclamo, más bien entornó los ojos en un falso gesto de lujuria, y sus labios formaron un anillo carnoso, como mandándome besitos con su boca suculenta, pero sus avances siguieron: bajo el mantel sentí la caricia incitadora de su mano ...
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