1. Todo... a un precio o nalgas a plazos


    Fecha: 19/04/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... derecha en mi pierna, los dedos avanzaban, subían, como buscando mi entrepierna, en eso llegó la mesera a mi rescate: "¿les sirvo más café?", y María suspendió sus juegos, aproveché para sugerir:
    
    --"¿Por qué no mandas a investigar al huevón de tu noviecito, el Alfonso?".
    
    --"Él tampoco puede, ya está trabajando en la empresa de su papi, le dio un buen puesto por hacerse pendejo ocho horas al día, según para que aprenda el negocio y más adelante él se quede al frente, como sea Alfonsito el panzoncito ya está haciendo sus ahorros para casarnos, ya hasta mi suegro le heredó el departamento de Polanco, que será nuestro nidito de amor", y la chica suspiró en falsa pose de amor.
    
    Y recuerdo a mi amigo Alfonso, que hizo la carrera por complacer a su padre, pero siempre soñó con ser piloto de aviones, de los cuales tenía una gran colección, digo, avioncitos para armar o a control remoto y revistas especializadas y esas cosas, pues su padre nunca lo dejo siquiera acercarse a una escuela de pilotos, y durante la carrera se hizo novio de la chica de mejores nalgas de la universidad. María, quizá por conveniencia, pues el Ponchito ya traía carro, aceptó el noviazgo, pero le ponía los "cuernos" a la primera oportunidad. La María se cogió a media universidad: profesores, coordinadores de carrera, jefes de materia, conferencistas, alumnos, empleados de la cafetería y demás pasaron a firmar de "presente" ante aquel monumento a las nalgas, que era María.
    
    Medía hora después ...
    ... habíamos quedado que trataría de averiguar algo sobre proyectos de tesis, "pero sin compromisos, ¿eh María?", le recalqué. Por supuesto yo pagué la cuenta del restaurante, pues si algo tenía esa mujer, además de "trácala", era su conocida avaricia y "tacañería".
    
    Mientras caminábamos rumbo al metro, pasamos por un cine y… otro embarque: "¡Ay, un cine!, ¡tiene años que no veo una película!, ¡anda llévame al cine!, ¿sí?, anda di qué sí" y me jaló dentro de la sala de cine, pero antes, en el vestíbulo: "tengo que ir al sanitario, espérame tantito, ¿sí?" y se fue rumbo a los baños, yo sabía que haría: quitarse el sostén, pues durante la carrera, cuando me invitaba al cine, antes siempre se quitaba el brasier para fajar, pues le encantaba que le chupara las tetas.
    
    Luego buscamos las butacas más apartadas de la gente, eso hicimos, pero detrás de nosotros llegó una señora sola y se sentó una hilera atrás, la peli ya había empezado, yo ni siquiera sabía el nombre de la cinta y las escenas se me hacían por demás extrañas e incomprensibles, en eso su mano llevó una de las mías hasta sus pechos y su boca golosa buscó mis labios, iniciamos el "caldo", y cuando ella gemía al besarme amorosa y con algo de lujuria su mano ya frotaba mi verga erecta, con suavidad, con maestría, pues María se hizo experta en "cascar" pingas en la Uni, pero yo aunque excitado me sentía algo más que encabronado con aquella chica, así que entre besos ensalivados:
    
    --"Quiero que me chupes la pinga", dije a su ...
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