El juego de los malvaviscos (garganta profunda/deepthroat)
Fecha: 20/04/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: Pato pines, Fuente: CuentoRelatos
Este no es un relato real, pero imaginemos que sí, de acuerdo?
Mi nombre es Cristían, actualmente tengo 20 años y les quiero contar lo que comencé a vivir hace seis meses atrás.
No hacía mucho que había aceptado mi homosexualidad, apenas estaba empezando. No me costó mucho hacerlo, gracias a mi tía Débora, una mujer trans cuarentona con quién había formado un vínculo muy profundo desde pequeño y quién me aconsejó para mis primeros encuentros íntimos.
Ya había tenido sexo en un par de ocasiones y había descubierto que era totalmente pasivo. Al contárselo a mi tía recuerdo que mostró un gran entusiasmo, le brillaban los ojos al mirarme. Fue luego de contarle esto que me propuso llevarme a una de sus "fiestas" privadas, como yo estaba en miras de experimentar le dije que sí sin dudarlo.
Una noche de sábado nos subimos a su auto y salimos a la casa de una de sus amigas. Al llegar al lugar pasamos a un recibidor dónde me encontré con las amigas de mi tía: cuatro chicas trans de diferentes edades, y todas muy atractivas debo decir, en especial Camila, la más joven y enérgica de todas. Luego de presentarme con todas pasamos a la cocina y descubrí que había otros tres invitados, estos eran todos hombres (eso me entusiasmó) y estaban reunidos alrededor de una mesa.
-Este es el nuevo? Preguntó uno de ellos.
-Shh -respondió una de las amigas de mi tía-, todavía no sabes bien qué hacemos en estas fiestas.
No estaba seguro si a aquella reunión se la podía ...
... considerar una "fiesta", pero eso no me importó, sabía que mi tía no me llevaría a un lugar donde no la pasarías bien.
Para ponernos en ambiente Gabriela, la más adulta de todas, algo gorda y también la dueña de la casa, sirvió algunos vasos de Fernet con Coca para que compartamos, y puso un poco de música, así nos aflojáramos un poco. Comencé a hablar con los otros chicos y a relajarme, la estaba pasando súper bien. Entonces mi tía Débora dio unos aplausos y dijo "ya es hora de que comencemos, no?"
-Qué juego toca está vez? -preguntó una de las amigas de mi tía.
-Hoy toca el juego de los malvaviscos -contestó otra.
"Huuu" dijeron todos los chicos menos yo.
-Qué es el juego de los malvaviscos? -pregunté
A lo que mi tía me contestó:
-Sabés qué tenés en común con estos chicos? Que todos ustedes son pasivos.
No entendía bien qué se suponía que iba a pasar, pero mantuve la calma recordándome que podía confiar en ella.
Entonces Gabriela puso un tazón grande con esos malvaviscos dulces arriba de la mesa en dónde estaba sentado con los chicos y me explicaron el juego.
-Se juega por rondas, en cada ronda cada uno de ustedes se tienen que poner un malvavisco en la boca y retenerlo. Cuando llegue al límite y se le caiga a uno tiene que... recibir un castigo.
Primero me llamó la atención que solo los chicos tuviéramos que hacer eso, y tuve algunas sensaciones raras, entre miedo y curiosidad, pero la curiosidad era más fuerte así que encaré el juego con ...