La historia de Claudia (16)
Fecha: 23/06/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... devolverte a tu dueña te voy a dar tanto que te voy a entregar con la concha y el culo como morrones colorados. ¡jajajajajajajajaja! –y tirando de la cadena se la llevó al dormitorio preguntándose cómo tomaría la señora Blanca esta animalización de su sumisa.
A esa hora Laura regresaba con la compra y entregaba la bolsa a Jimena, a la cual se le había ocurrido algo que haría muy excitante ver comer a la perrita.
La chica abrió la bolsa para revisar el contenido. Había dos salamines, un trozo de queso, galletas express y algunas manzanas.
-Perfecto. –dictaminó y enseguida mandó a la peladita a la cocina con la orden de que preparara una picada y trajera también la botella de gaseosa y dos vasos.
-En la alacena vas a ver una bandeja para traer todo. Te esperamos en el comedor. –concluyó diciendo y la cachorra se fue a cumplir con las instrucciones. Había dado dos pasos cuando Jimena la detuvo:
-¿Qué haces? ¿Dónde viste una perra que camine? ¡En cuatro patas inmediatamente!
Laura obedeció y entonces Jimena le sacó la bolsa de la mano:
-Abrí la boca. –le ordenó, y Laura tuvo que ir a la cocina en cuatro patas y sosteniendo las manijas de la bolsa entre sus dientes.
Un rato después se presentaba llevando la bandeja con la picada de salamín y queso, el paquete de galletas, dos vasos y la botella de gaseosa. Depositó todo en la mesa, ante las chicas, y quedó a un lado aguardando con la cabeza gacha y las manos atrás.
-Vení, perrita. –le ordenó Natalia. ...
... –Echate a mis pies. –y la cachorra obedeció sumisamente acurrucándose junto a las piernas de la rubia.
Cuando terminaron el frugal almuerzo Jimena se inclinó hacia Laura y acariciándole la cabeza le dijo:
-Seguro que tenés hambre, ¿eh, perrita?
-Sí, señorita Jimena.
La morena se enderezó y con un guiño cómplice a Natalia le ordenó que levantara la mesa, que lavara todo y que después se preparara una picada y cuando tuviera eso listo lo trajera al comedor, donde la estarían esperando.
-Sí, señorita Jimena. –contestó la cachorra antes de abocarse a la tarea. Cuando se marchó hacia la cocina Jimena le dijo a la otra:
-Te cuento cómo se me ocurrió hacerla comer... –y le explicó su plan.
-¡Fantástico, Jime!... –fue la exaltada respuesta de la rubia. –Ya me estoy mojando de sólo pensarlo, jejeje...
Poco después la sumisa regresaba llevando en la bandeja lo ordenado. Entonces Jimena le dijo:
-Seguinos. –y con Natalia se encaminaron al dormitorio. Allí hicieron que Laura dejara la bandeja en el piso y que las desnudara, lo que la cachorra hizo con manos temblorosas de tanto que la excitaban ambas chicas. Después, entre miradas y risitas cómplices, se tendieron en la cama de espaldas una junto a la otra, con las piernas flexionadas y abiertas.
-Bueno, perrita –le dijo Jimena. –ya que tenés hambre te vamos a dejar comer, jejeje. –y se abrió bien los labios de la concha mientras Natalia hacía lo mismo.
-Aquí, peladita... –andá poniéndome aquí en la concha ...