1. Nerdy boy (2-3)


    Fecha: 26/04/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... terminaba.
    
    Por fin sucedía, después de una larga semana de espera, ahí estaba aquel pobre adolecente muerto de la impresión de verme nuevamente tocándome bajo el escritorio, y yo, luchando por contenerme las ganas de hacerme correr con descaro mientras intentaba disimular lo que sucedía ahí debajo, al resto de la clase.
    
    Las sensaciones eran increíblemente placenteras, estaba totalmente perdida en el momento cuando me interrumpe un alumno mostrándome su cuaderno con la actividad realizada y con todas las ganas de poderse ir al fin de tan infame clase.
    
    Me estremecí un poco, no lo vi venir, no prestaba atención a la clase, estaba perdida. Cuando se acercó me sobresalté y rápidamente saqué mi mano de mi entrepierna para tomar su cuaderno. Lo revisé, lo califiqué y le dije que podía marcharse. Alegremente, así lo hizo.
    
    Uno a uno, los jóvenes alumnos terminaban su trabajo, me lo hacían firmar y se marchaban aliviados. Yo sabía que desde hace tiempo aquel chico ya había terminado, pero no había hecho intento alguno por finalizar. Seguramente quería prolongar el momento, no lo culpaba, no había otra cosa que más deseaba, pero debía ser yo. Debía controlar por completo el juego, era yo la que decidía y no le permitiría tomarse ninguna libertad. No podía pensar ni elegir ninguna decisión que yo no se lo ordenara. Le haría sufrir.
    
    Entonces esperé. Mi cuerpo temblaba como nunca, las piernas me titilaban implorándome que las masajeara, que decir de mi coño húmedo como ...
    ... nunca deseoso de mis manos y un buen pene dentro de ella.
    
    Pero la sed de poder y sumisión era lo único que importaba. Desde que había experimentado esas sensaciones no podía excitarme con otra cosa. Aquel muchacho debía aprender que era yo la que decidía y otorgaba, el solo podía obedecer y esperar. Si me apetecía hacerlo sucedería y si no, no tendría ningún derecho de suponerlo.
    
    Por supuesto que lo quería, lo deseaba y lo necesitaba, pero de alguna forma debía aprender, así que lo hice esperar.
    
    Eventualmente mi alumno no pudo fingir más que había terminado aquel trabajo impuesto y sin más remedio se puso de pie para formarse tras el último alumno y entregarme la actividad.
    
    Cuando llegó su turno me extendió su cuaderno mirándome a los ojos intentado desesperadamente arrebatarme la mirada. Sin embargo yo nunca le regresé la vista. Fríamente le tomé su cuaderno, se lo revisé y se lo regresé. El pobre se había desilusionado por completo, había terminado con sus esperanzas de llegar más lejos. Era justo como lo que quería, sumiso, cabizbajo y sin más suerte que la que a mí me placiera darle.
    
    Regresaba a su pupitre para alistar sus cosas en su morral y salir. Yo esperaba. El pobre tomaba sus cosas y se aventuraba hacía la puerta, lo hacía lo más lento posible, prolongando el momento aunque fuese unos segundos más. Sin duda alguna estaba esperando que lo detuviese, pero quería hundirlo por completo, que abandonara cualquier esperanza.
    
    Aguardé en silencio hasta el ...
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