Un anal de otro mundo con mi doctora
Fecha: 29/04/2023,
Categorías:
Anal
Autor: andreguz726, Fuente: CuentoRelatos
... señor tobillos flojos –solté una carcajada.
—No, no tengo –y para no decir las estupideces que todos dicen, que tan bonita, que tan agradable y no tener pareja y bla bla bla le dije– has de ser muy pesada o gruñona para no tener novio –ella me miró mal, sé que me miró feo, además de apretarme el robillo– ahhh me lastima –le dije.
—Eso es para que no andes diciendo bobadas.
—Lo siento, solo molestaba, es que…
—Jajaja –ella se rio de mi– solo te molestaba, a decir verdad creo que si soy muy gruñona y me da igual, si me van a querer que me aguanten también.
Era alguien muy divertida, hasta el momento anda de gruñona, por un momento pensé que la había embarrado con ella y no me había dado esperanzas de nada, pero sería perder mucho terreno si se hubiera tomado en serio lo que le dije.
Al terminar la terapia, pasé por su oficina, se veía estresada y llenando papeles.
—Hasta luego tobillos flojos –me dijo sacándome de nuevo una sonrisa.
—Hasta luego gruñona –le dije cerrando la puerta rápidamente.
—Cobarde –me gritó ella, así que volví y…
—Te tomas algo más tarde –ella no supo que responder, pensó que vendría a molestarla, pasaron unos segundos eternos para mí y dijo claro, te veo luego del trabajo.
—La espero mi doc. –le dije y salí.
Esa noche la espere ahí hasta que ella salió, tan sol o quedaban dos horas para terminar y volver a mi casa sería ir y devolverme prácticamente de una vez.
—¿Me esperaste hasta salir?
—No quería llegarte ...
... tarde jajá –solo me reí a lo que ella respondió con risas igual.
Fuimos a una cafetería muy conocida en la ciudad y charlamos un buen rato, nos conocimos mejor, vi que tenía ciertos problemas con sus familiares y su vida amorosa no le había ido bien, pero intentaba animarla o molestar a lo que ella me correspondía muy bien, hubo silencios pero no incomodos, solo silencios en donde nos mirábamos y ya.
-mañana es tu ultima terapia.
-wow, no lo había notado –le dije algo triste porque tal vez no la volvería a ver– tendré que partirme esta vez un hueso para volverla a ver y más tiempo.
-jajaja no seas tonto, no debes hacer eso para vernos –me dijo algo sonrojada y yo internamente feliz.
Charlamos más tiempo y la acompañé a su casa para que no fuera sola.
—¿Deseas pasar? –me dijo mirándome fijamente a los ojos.
—Si, por supuesto –con voz entrecortada.
Al pasar vi que era bastante ordenada y en sus cuadros vi que tenía buenos gustos, me senté en el mueble y ella dijo que esperara que se iría a poner más cómoda. Estaba ahí sentado, nervioso, sin saber que iba a suceder. Pasaron unos minutos y ella me llamó.
—¡Andrés, Andrés! ¿Puedes venir? –gritaba ella.
—Claro, en seguida voy.
Al entrar en la habitación vi que estaba solo en ropa interior, mirando hacia la cama y dándome la espalda.
—Quédate ahí –solo pasé saliva e hice caso.
—Emmm…
—Cállate, no digas nada hasta que yo te diga, después de lo que te diga puedes decir o hacerme lo que quieras, ...