Abusando de mi hermana Isabel
Fecha: 04/05/2023,
Categorías:
No Consentido
Autor: Pecado capital, Fuente: CuentoRelatos
... sapo tocó el tema de la ropa que estaba en el tendedero.
- ¿Entonces es de tu hermana la ropa que está colgada? ¿Viven solos?
- Vivimos con la familia, pero en el pueblo de mi madre hay fiesta y todos se fueron a divertir el fin de semana, mi hermana se quedó pues no le gusta el relajo. Y siempre que lava sube a tender su ropa aquí en la azotea ¿viste una pantaleta negra? Esa también es suya, yo creo que le gusta que vea sus calzones y por eso los deja a la vista ja ja ja.
Así fue como inicié el tema que quería tratar, porque el hablar cosas calientes de mi hermana Isabel prometía ser una experiencia morbosa como ninguna.
- La neta sí vi el calzón y no sé por qué me imaginé que era de tu hermana ¿cuántos años tiene?
- Me di cuenta que la pantaleta te llamó la atención por la forma en que te quedaste viéndola, y te voy a confesar algo pero no vayas a contárselo a nadie, que quede entre nosotros.
- Conmigo no hay bronca, te portaste a toda madre invitándome a tu casa y por eso ya te considero mi valedor, además no soy chivatón, cuéntame lo que quieras y te doy mi palabra que no diré nada, estamos en confianza.
- Mi hermana tiene 38 años, es divorciada ¡y la neta es que me gusta un chingo y quisiera cogérmela!
El sapo se quedó mirándome por unos instantes, pensativo, y poco a poco en su rostro se dibujó una maliciosa sonrisa. Era claro que mi confesión le despertó una curiosa morbosidad y su voz al hablarme adquirió un tono diferente. Se había ...
... excitado con mis palabras tal y como yo lo pensé.
- ¿En serio te quieres coger a tu hermana? Eso suena muy caliente. Me imagino que es muy bonita. Si dices que vive aquí a lo mejor la conozco ¿Cómo es? ¿Cómo se llama?
- Pues a lo mejor sí la conoces, se llama Isabel, es delgada, de piel blanca, tiene el cabello corto y ondulado, de color negro. Mide como 1,70 de estatura, y tiene unas tetas deliciosas, y una nalgas riquísimas, paradas y redondas.
- ¡Ufff! Por lo que me cuentas tu hermana es un bizcocho. Me gustaría verla para ver si la conozco.
Entonces saqué de un cajón algunas fotografías que le había tomado clandestinamente a mi hermana y se las mostré. En una mi hermana estaba de espaldas, inclinada sobre la mesa, con un pantalón tipo sastre gris y sus nalgas se apreciaban en todo su esplendor. En otra foto Isabel estaba recostada en el sillón de la sala, descansando sobre su lado izquierdo, traía puesta una pijama blanca y se le marcaban claramente los contornos de su pantaleta. Otra fotografía la mostraba de perfil, con un vestido negro y entallado, donde sus tetas y sus nalgas invitaban a la lujuria. La mejor y última foto era una donde estaba acostada de espaldas en su cama, con una falda blanca subida hasta la cintura y enseñando toda la parte frontal de una pantaleta negra, del mismo color que la que estaba en esos momentos colgada en el tendedero.
¡No manches, que guapa y sabrosa está tu hermana! No creo haberla visto por la colonia porque no me hubiera ...