1. Desafío de galaxias (capitulo 13)


    Fecha: 24/06/2018, Categorías: Confesiones Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... %.
    
    —Activados campos de contención primarios.
    
    —Activados campos de contención secundarios.
    
    —Acumuladores al 100 %.
    
    —Sistemas de potencia estables y en verde.
    
    —Sistemas de seguridad en verde.
    
    —Todas las estaciones han reportado verde.
    
    —Procedemos al disparo, —dijo Camixthel y acciono un botón digital en su consola. Desde varias docenas de inyectores, haces de partículas impactaron en una nube de plasma que emanaba de seis dispensadores. La nube comenzó a girar aumentando la velocidad hasta convertirse en un torbellino vertiginoso.
    
    —Nube de plasma al 70 %… al 80 %… al 90 %.
    
    —Cañón de disparo activado.
    
    —Nube de plasma al 100 %.
    
    —Alcanzado umbral de disparo, —dijo el general Esteban y accionando un disparador en su consola, un rayo de energía mística impactó en el centro de la nube. El portal de formó y se empezó a alejar el horizonte de eventos de su interior.
    
    —Portal estable. Horizonte de eventos a 24 años luz y aumentando.
    
    —La velocidad de avance es superior a la prevista.
    
    —Todos los sistemas operan dentro de los parámetros.
    
    —Horizonte de eventos a 100 años luz.
    
    —Todos los puestos reportan verde.
    
    —El portal se mantiene estable.
    
    —Señor presidente, general Martín, el portal se ha establecido, —dijo Camixthel girándose hacia la cámara—. Según nuestras previsiones, en seis horas, el disparo de energía mística brotara en el punto de destino, y en 54 días el corredor intergaláctico quedara formado.
    
    —General Esteban, ...
    ... ¿el Ares y el resto de sistemas estarán preparados para ese día? —preguntó Marisol.
    
    —Mucho antes mi señora, en tres semanas todo estará listo.
    
    —Entonces en 54 días nos veremos.
    
    Estaban en los jardines del antiguo palacio real y Marión no paraba de reír.
    
    —¡Levanta la cola que te la pillas con la rueda! —gritaba Marisol a Anahis—. ¡Da pedales, da pedales y no mires al suelo, mira para adelante!
    
    Anahis, descontrolada y moviendo el manillar de un lado a otro no paraba de chillar.
    
    —¡Pero da pedales! —seguía gritando Marisol corriendo detrás de ella.
    
    —¡Me la voy a pegar! —chillaba Anahis manteniéndose precariamente sobre la bici.
    
    —¡Que no, que no, sigue, sigue!
    
    —Este trasto solo lo puede haber inventado un español. —dijo Marión con los costados doloridos de reír.
    
    —¡Joder! Que no es español, —protesto Marisol— pero no recuerdo quien lo invento. ¡Y no te rías que ahora vas tú!
    
    —¡Unos cojones! —exclamó Marión—. Yo ahí no me subo.
    
    —¿Serás miedica? Mira que bien lo hace ya Anahis.
    
    —¡Que no me subo yo ahí, joder!
    
    Anahis, titubeante, daba vueltas por el jardín, ante la mirada risueña de su padre, que desde la ventana de su despacho no perdía detalle, e incluso, soltó alguna carcajada con los lances del aprendizaje. La idea fue de Anahis ante la aptitud desquiciada de Marisol que estaba de los nervios. Al día siguiente el cronómetro llegaba a cero y la espera la consumía. Todo estaba preparado para afrontar la tremenda batalla que se preveía. 
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