1. Jillian


    Fecha: 09/05/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ella cuando me abrazaba y me saluda de beso en la mejilla.
    
    Pasaron los meses, mi amor por ella no menguó sino que creció en un anhelo enorme, lloraba en las noches, le escribía cartas de amor, en mi soledad tocaba para ella, realmente me había enamorado de esa mujer. Y ella sin saber nada.
    
    Un día la invité a pasar la noche en mi casa, quería estar cerca de ella, quería sentir su presencia, el calor que manaba de su cuerpo aunque solo fuera sentadas charlando o viendo una película. Sólo quería estar con ella. En la noche cuando nos dispusimos a dormir ella se cambió y pude ver sus senos, aunque las luces estaban apagadas su piel relucía. Traté de no mirar mucho, no quería verla con las intenciones que tenía sin que ella consintiera, tan tonta yo.
    
    No me atrevía decirle cómo me sentía por miedo a herirla, a dañar una hermosa amistad, a que se sintiera mal por mí y eso repercutiera en ella. La amaba demasiado como para ser tan egoísta, aunque en mi imaginación todo fuera distinto.
    
    Al otro día me cambié de ropa delante de ella, me desnudé en frente de ella, solo para ver cómo reaccionaba, salió del cuarto un poco nerviosa, solo eso.
    
    Pasaron los días y las semanas, yo no podía con mi alma, sentía que me moría, que la extrañaba a cada momento, quería que escuchara todo lo tocaba para ella, todo lo bueno que de mí salía cada vez que pensaba en todo lo que ella era. En un instante de desesperación decidí ser egoísta aunque sólo fuera por un momento, decidí que haría ...
    ... algo por ella, algo que le indicara por lo menos cuales eran mis sentimientos por ella.
    
    Se acercaba su cumpleaños y yo no sabía que regalarle, siempre he sido mala adivinando que podría necesitar o querer una persona, yo no trabaja aún y no disponía de mucho dinero así que decidí ahorrar y comprarle una prenda muy bonita que combinara con ella, también le compuse un poema en el que a pesar de decirle muchas cosas escondí mis sentimientos en varias metáforas y otros recursos de los cuales disponía, pero para los que estudiamos lengua y literatura, cómo nosotras, no sería difícil adivinar las verdaderas intenciones del autor.
    
    Se lo entregué el día esperado y me fui, solo le deseé un feliz cumpleaños y le hice prometerme que apenas leyera el poema me llamaría para decirme que le pareció. Con los nervios a tope y un nudo en la garganta esperé su llamada, las manos me temblaban y los segundos pasaban cómo días. El teléfono sonó y al instante contesté.
    
    -Haló, Jillian?
    
    -Si soy yo, tu poema es extraordinario y hermoso, se sabe que lo escribiste tú en millar de kilómetros a la redonda, huele a ti.
    
    Tragué grueso y pregunté:
    
    -¿Y qué te pareció?, digo, las ideas, cómo están desarrolladas
    
    -Bueno, está bien construido, aunque tú eres más de verso libre a lo Whitman y se me es más fácil llegar a él, creo que me dices cosas muy bonitas, pero no sé en qué sentido...
    
    Sentí que un calor subió a mi rostro.
    
    -¿Cómo en qué sentido?
    
    -Osea, son términos muy íntimos y me da ...
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