Saciando mis instintos
Fecha: 10/05/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: cuerva, Fuente: CuentoRelatos
... toalla de manos en su parte íntima, mostraba un miembro descomunal, al adentrarme más y más en ese universo nuevo para mí, más y más exploraba y mis sentidos, más y más afectados y alterados, por lo que veía, hasta ese día no sabía lo que era la masturbación femenina.
Es que literalmente, desee tener algo así al menos por una vez, y es que el pobre de mi marido aunque guapo y trabajador, tenía todo lo opuesto a esos hombres, tenía un pene que se estiraba con las erecciones, porque era un pene de sangre, ¡vamos suerte la mía!.. Eso la verdad que llego a quitarme el sueño.
Muchas cosas me cuestionaba a esa altura de mi vida, y los interrogantes, solo aparecían una y otra vez...
Hasta que un buen día, ya un tanto olvidada del asunto, paso que mi marido había salido a un viaje de negocio, en una provincia vecina, tardaría unos días el volver, entre cenas empresariales y presentaciones de productos, yo me la pasaba sola entre mis cosas preparando cosas para mi trabajo, era muy de temprano en la mañana, y note lo sucio que estaba todo, y me dispuse a limpiar, en una casa amplia con mascotas, vehículos, todo la verdad que sin el mantenimiento necesario pronto parecería un sitio baldío, más que un hogar. Hasta ahí todo estaba bien el día despuntaba y tenía prácticamente todo limpio, como es de costumbre por estas latitudes, el andar ligero de ropas es lo normal, más cuando se anda de “entre casa”. Y cuando me disponía a limpiar el garaje, fue a donde ocurrió todo, y ...
... digamos que después de tan largo preámbulo, puedo ahora si describir mi experiencia con más detalle.
Lo que ocurrió creo que la verdad hoy me lo pregunto, parece sacado de una película porno, nunca imagine tal situación, vivirla a mi edad menos.
Ahora vamos, que es que mientras limpiaba, el garaje, barrer y levantar la tierra y hojas amontonadas, que el viento generosamente había desperdigado por el lugar, fui interrumpida por una vos que en un principio, no supe bien de donde venía y solo atine a mirar para afuera, como de alguna manera pesando que el interlocutor allí estaría parado, y sí que estaría parado, un hombre más joven que yo, de unos veinte y pico de años, que tenía sus ojos rojos y desorientado, de buen aspecto pero claro a simple vista lo único que se podía apreciar de ese pobre hombre y su condición era más bien el estado en el que estaba, que no lograba dilucidar si era de embriagues o adicción, apoyado en la puerta, mirando fijamente sin poder articular muchas frases, me pedía por favor que si le podria dar un vaso de agua, (un vaso de agua, no se le niega a nadie) que realmente lo necesitaba, a lo que le dije que si por supuesto que me esperase un momento iría adentro y se lo traería.
Entre dándole la espalda, ante su mirada atenta, luego me di cuenta a donde se había centrado, porque fue más que evidente (en la forma de mis nalgas, que la corta pollera dibujaba a la perfección).
Y cuando volví salí como mirando lo que falta hacer sin percatarme que ...