1. Un dia por el puerto


    Fecha: 10/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Salí de la playa con apenas el pareo tapándome los pechos y mi braguita del bikini dorado sobre las 4 de la tarde, el sol era insoportable a esas horas. Mis gafas de sol y me dirigí para el apartamento apenas a 2 minutos andando de la playa.
    
    Entre en el apartamento, me duché. Todos dormían la siesta a esas horas. Me relaje tras la ducha, dándome crema por el cuerpo, mis pezones estaban duros en parte por el frio de la crema, en parte por el propio hecho de rozar mis manos por ellos. ¿Por qué no?, llevaba varios días sin sexo y me apetecía, y empecé a ahora sí, a rozar mis pechos mientras me los masajeaba. Pasar mis dedos por ellos ya endurecidos, hacia que se pusieran aún más duros e hinchados. Al poco estaba acariciándome los pechos con una sola mano y con la otra separando mis labios muy mojados. Un pie en el taburete para separarlos aún más y poder introducir lentamente uno de mis dedos aun lubricados por la crema, hasta lo más hondo que pude, haciéndome lanzar un suspiro, que fue acallado al oír ruido fuera del baño. Alguien quería entrar. Me anudé una toalla en el cuerpo y salí. Mi madre quería entrar y me preguntó porque tan pronto en casa y yo me pregunté lo mismo.
    
    Entré en mi habitación dispuesta a terminar, pero con mucho cuidado de no entrara nadie, y enseguida lo logré. Froté mi clítoris con dos dedos rápidamente, para conseguir un orgasmo que no apagó mis ganas de sexo en absoluto. ¡Vaya mierda! Pensé.
    
    Que hacia yo en casa a las 5. Mi marido a 500km, mis ...
    ... padres se quedaban en la piscina con el niño. Me voy al puerto, compro unas gambas rojas a los pescadores para la cena y de paso me doy un paseo por garrucha. No era mal plan.
    
    Me puse un pequeño short de tela de toalla, color rosa, y un top rosa claro, y aun no sé por qué, no me puse nada debajo. Sandalias, bolso y salí con el coche hasta garrucha, que está cerca pero aun hacía mucho calor para ir andando. Aparqué en la zona de la feria y me dirigí hacia la lonja. Los barcos estaban ya en puerto, con los marineros con sus tareas de limpieza. Al entrar en la lonja, me senté en la grada y pude desde esa posición, la poca gente que había. Apenas un par de turistas con sus chiquillos, un par de señoras del lugar seguramente esperando a algún marido, y abajo la faena propia de la lonja, con apenas movimiento pues era algo tarde cuando llegué. Alguna mirada se cruzó con mis piernas, algún cuchicheo entre los compradores, me dio una idea. Me levante y me puse en la barandilla, en la parte más baja del graderío, donde estoy casi segura, alguno desde abajo, podía ver la falta de ropa interior por mi parte. No había nada que pescar allí y me dirigí fuera del recinto. Es habitual comprar a los pescadores directamente para sacarse unos extras y me dirigí a la parte trasera. Algunos barcos estaban colocando cajas y en uno de ellos un señor de unos 60, me preguntó si buscaba algo, con un tono que me indicaba que preguntaba más allá de una posible compra.
    
    - Busco unas gambas para esta ...
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