Un dia por el puerto
Fecha: 10/05/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... delicadeza que el joven, que viendo que no había dicho aun nada sobre el pasatiempo que les estaba regalando, dejo de besarme. Sus labios y manos bajaron rápidamente a mis pezones. Se introdujo uno en la boca mientras agarraba mi pecho estirando para fuera, para que mi primer sonido en minutos allí dentro fuese un gemido profundo mientras miraba al techo de ese zulo.
El viejo ya tenía ambas manos en mi culo, con el pantaloncito casi por debajo del culo y masajeaba con poca fortuna. Pero sus manos ásperas, el humo de su cigarro en la nuca, mis pezones devorados por Said, hacían que mis flujos hubieran casi empapado en short, ayudado por la tirantez que provocaba los tirones del viejo en mi culo.
Said, devoraba uno tras otro ambos pechos con mucha práctica mientras mi culo ya estaba despojado y notaba como la lengua de aquel viejo, lamia mi culo.
El joven dejó mis tetas para volver a besarme mientras sus manos amasaban mis pechos. Me daba mucho placer, me encanta cuando saben masajear mis tetas, me encantaba y me hacía olvidar un poco la lengua babeante que se introducía entre mis labios. De un golpe rápido me dio media vuelta para agarrarme las tetas desde atrás, casi provocando que me cayera, pero lo que hizo fue dejar mi coño junto a la cara del viejo.
- Pareces una puta de las caras, no tienes ni un pelo en el chocho.- me dijo
Mis manos fueron buscando la entrepierna del joven Said, arrimada a mi culo desnudo, mientras sacaba con los pies los short de ...
... entre mis piernas. Al volver a ponerme bien, Said, se sacó su polla por la cremallera, que pude notar dura de verdad. El viejo, empezó a sacar su lengua para repasar mis labios con poca maestría, pero, la visión de aquel señor mayor, comiéndome, y mis pechos agarrados con manos expertas y una polla en mi mano era algo extraordinario.
Ahora me di la vuelta yo. Separando a Said de mí, desnuda, solo con mis sandalias, me apoyé un poco en unas cajas y me metí su polla en la boca. No era muy grande, ni muy gorda, pero si muy dura y cubierta de venas. Con los ojos cerrados podía notar sus pelos en mis labios cuando llegaba hasta la cremallera del pantalón con todo su miembro en mi boca. Maniobraba a ciegas su pantalón para poder desabrocharlo y bajarlos, cuando finalmente lo logré, los bajé hasta los tobillos.
La mano de Pedro, callosa, rozaba mi sexo enérgicamente. Sus dedos gruesos estaban abriéndome y humedeciéndome por momentos. Ahora si podía ver a Said en plenitud. Fuerte, sin pelo más allá de su pubis, esos pelos negros, finos que apartaba con la mano para introducirme hasta ellos con mis labios. Al salir de mi boca brillaba con mi saliva un glande prominente y amoratado, las venas muy marcadas. Sus brazos en jarra me indicaban que se dejaba hacer. Miré hacia detrás donde ya no notaba al viejo. Estaba quitándose los pantalones con alguna dificultad. Me quedé mirando, esperando ver que tenía Pedro escondido, mientras tocaba suavemente a Said con la palma de mi mano, como ...