El cabrón
Fecha: 13/05/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... vida. Pero sus marcas bajo los ojos denotaban un mal día:
-¿Te pasa algo Carla?
-Bah, ya sabes...
Dejó en el aire una cuestión que parecía ser un habitual tema de conversación entre ellos:
-¿Comemos juntos?
-Sí, por favor... -La mujer parecía ansiosa por su compañía.
Ricardo y Carla estaban liados. Por tópico que suene, todo había comenzado en la primera cena de navidad a la que la mujer asistió en la empresa, 8 meses antes y cuando llevaba 4 trabajando allí. Se podría decir que lo suyo había sido un flechazo. Él carismático y con un atractivo sexual casi magnético. Ella una mujer segura de sí misma y con carácter. Pero había algo más. Ricardo era un mujeriego incorregible. Carla, aunque tratara de disimularlo, una frustrada sexual. Aquellas navidades, en los baños del local de copas, donde terminaron los empleados de RT Arquitectos, Ricardo se folló a Carla por primera vez.
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Ricardo solía decir a su mujer que no iría a comer a casa cada vez que le apetecía buscar algo con Carla. Y este era uno de esos días. Por eso, a las 14 horas, los compañeros de trabajo se encontraban comiendo en un restaurante céntrico:
-Estoy harta de Arturo. Es un hombre tradicional y aburrido. -La mujer criticaba la nula iniciativa de marido. -Le quiero, no puedo decir lo contrario, pero necesito más... mucho más... -Decía esto mientras apuraba su segundo gin tónic de sobremesa.
-¿Tienes mucho curro esta tarde...?
-¿Me estás proponiendo algo ...
... Ricardo?
Un minuto después subían por el ascensor del edificio donde estaba su estudio de arquitectura. Pese a compartir el reducido espacio con otro trabajador de aquella torre de oficinas, Ricardo pellizcó el impresionante culo de Carla, arrancándole un suspiro que hizo incomodar al convidado de piedra. Por fin llegaron a la sexta planta. El hombre seguía a la mujer que se apresuraba en abrir el despacho.
Ricardo cerró tras entrar y Carla se abalanzó sobre él. Enganchada a su cuello lo besó apasionadamente, mordiéndole el labio inferior antes de meterle la lengua. Él la abrazaba y buscaba abrir la cremallera de aquel ajustado vestido que, definía de manera sensual, el cuerpo de ella.
Entre suspiros y jadeos, acabaron desnudos sobre un sofá de cuero negro que decoraba elegantemente aquella oficina. Carla tumbada boca arriba, recibía la boca de Ricardo que recorría desde sus labios hasta sus tetas, previo mordiscos en su cuello. La saliva caliente de su compañero de trabajo le resultaba excitante. Sus pezones se endurecían entre los carnosos labios de él cuando los succionaba.
El hombre siguió descendiendo por el definido abdomen de la mujer hasta situarse entre sus piernas. Un coño rasurado del que manaba gran cantidad de flujo era la espectacular visión que tenía Ricardo:
-Cómeme, cabrón. Cómete mi coño...
El hombre no dudó en pasear su lengua por la desafiante raja vaginal. Con las manos separó los labios y lamió la rosada cueva, entre gritos de placer de Carla. ...