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El cabrón
Fecha: 13/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... Ricardo le metió dos dedos a modo de garfio y encontró el punto G de ella mientras le mordía el clítoris. Antes de que llegara al orgasmo la hizo ponerse a cuatro patas. Carla, con la cabeza apoyada en el asiento y el culo en pompa, le ofrecía a Ricardo una espectacular visión de su ano y vagina. El hombre dirigió su boca hacia su objetivo y comenzó a pasar su lengua del coño al culo y del culo al coño. Durante 10 minutos, estuvo practicándole una comida espectacular al tiempo que ella se masturbada entre gemidos: -Fóllame, cabrón. Méteme ese pedazo de polla que calzas, joder. Ricardo se colocó de rodillas tras ella. Dio un cachetazo en una de las nalgas de la mujer y, tras escupir directamente en el ano, comenzó a dilatarlo con un par de dedos: -¿Quieres culo, cabrón? ¿Quieres partirme el culito? -lo desafiaba ella mientras lo movía como una brasileña en el sambódromo. El ano de Carla demostraba una tremenda flexibilidad. No es que la sodomía fuera una práctica habitual con su marido pero desde que Ricardo le partiera el ojete, una noche en la habitación de un hotel al poco de comenzar, sí era frecuente que éste le diera por culo. Y esta tarde de viernes la iba a empalar de nuevo. Con cuidado, el hombre colocó su grueso capullo en la entrada de su culo y empezó a empujar. Carla gritaba al sentir que el ariete de carne era de mayor diámetro que su esfínter. Trató de relajarlo y confió en su flexibilidad. Por fin, la cabeza de la polla de su compañero de ...
... trabajo atravesó el anillo muscular de su culo. Tras unos segundos para acomodar el tamaño de la polla al del conducto rectal, y un nuevo salivazo, el hombre volvió a penetrar el culo de Carla. Se la incrustó hasta los huevos: -Aaayyy... Sí joder. Esto es lo que yo necesito. Un tío que me folle como la puta que soy... -Qué culo joder. -El hombre alababa el tremendo culo de jugadora de vóley que tenía Carla. Ricardo comenzó a penetrar el culo de la mujer agarrado a sus caderas. De manera pausada al principio, disfrutando de cada centímetro conquistado dentro de aquel ardiente culo. Después acelerando poco a poco, hasta provocarle un duro castigo anal a aquella casada insatisfecha: -Vaya culo perra. Joder y pensar que el capullo de tu marido no lo sabe disfrutar... -Dame fuerte cabrón. Quieto ser tu puta. Fóllame como merezco. Ricardo fue un paso más allá y tiró de la melena rizada de su compañera. La mujer ahora llevó su mano a su clítoris y comenzó a masturbarse al tiempo que aquel cabrón le partía el culo. La polla del hombre se endureció aún más en el interior del culo de Carla. Al final estalló en una formidable corrida. La mujer aceleró el ritmo contra su clítoris hasta alcanzar el orgasmo cuando su compañero inundó sus tripas de lefa. El grito de los dos se oyó en toda la planta de aquel edificio de oficinas. Minutos después, el hombre estaba sentado en el sofá con la polla flácida y manchada con restos de la batalla. La mujer permanecía tumbada boca ...