De visita en la cárcel
Fecha: 16/05/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos
... terminaba de acomodar su vestimenta. Una mujer custodia robusta y con cara de enojada se asomó y me dijo lo siguiente.
Custodia- Entrégame tu ficha y pasa.
Obedecí sin dudarlo, entregue la ficha y pase a la caseta, solo había una silla de madera y una libreta sobre una especie de repisa metálica, la mujer miro mi identificación y después recorrió mi cuerpo con morbosa curiosidad, pensé por un momento que la silla era para que yo me sentará, sin embargo fue ella quien la ocupo y me dio la siguiente orden.
Custodia- Desnúdate!
Sentí que mi rostro enrojecía de vergüenza, la mujer me miraba con actitud retadora y sin pestañear, tímidamente le pregunte:
P- Es esto necesario?
Custodia- Claro que es necesario, tenemos que cerciorarnos que no traes drogas escondidas. Si las traes… entonces aquí te quedaras.
Hasta ese momento volví a sentir un extraño miedo de estar alli, sin embargo ya no podía dar marcha atrás, mis manos estaban temblorosas cuando comencé a despojarme de mis prendas, en menos de un minuto mi ropa estaba en el piso a un lado de mi y yo estaba en ropa interior (boxer de encaje y bra a juego). La custodia no dejaba de mirar mi cuerpo con morbo, fingiendo estar molesta dio la siguiente orden.
Custodia- Vamos!... ¿Qué esperas? ¡Quítate lo demás!!
El miedo me invadió, jamás me había sentido tan pequeñita, cruce mis brazos por detrás y desabroché el brassier, dejándolo caer al suelo, con mi pie lo aproxime al reto de mi ropa, entonces tomé los ...
... costados de mi bóxer y me despoje de ellos. La mujer se puso de pie y dio unos pasos hasta quedar a mis espaldas.
Custodia- Apóyate en la silla y separa las piernas, iniciaremos por revisar el ano.
No pude evitar que esa mujer hiciera lo que deseaba, apoye las manos en el respaldo de la silla y separe las piernas, ella se puso un guante de látex, se unto un poco de lubricante y sin más introdujo su dedo índice en mi ano, moviéndolo con lasciva.
Custodia- Bien, aquí no hay nada…
La custodia no quitaba la cara de mis gordas nalgotas, aún movió sus dedos a los costados un poco más y cuando los saco sin miramientos la mujer hizo algo sucio… llevó sus dedos enfundados en el guante de látex y los olió profundamente. Por fin me dijo que todo estaba en orden, me dio una ficha diferente, recomendándome de la misma manera no perderla, y camine por un pasillo más, pase otra caseta en donde los custodios de ese retén insistían en que yo no podía pasar porque no era en definitiva la persona que aparecía en la identificación, obvio sabía por lo que me dijo Roberto que ellos lo que querían era dinero, así que tuve que dejarles $200 pesos para que no me entretuvieran más, ellos volvieron a cambiarme la ficha y por fin salí por una especie de rampa a un patio enorme, habían hombres jóvenes esperando a quienes llegaban de visita, eso me lo había anticipado Roberto, también me había dicho que dejaría a un par de sus muchachos esperándome al inicio de la rampa, ellos sabían cómo iba ...