1. Tía pecaminosa (I)


    Fecha: 25/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: HeadStory, Fuente: CuentoRelatos

    Desde muy joven he sido dotado de un cuerpo del cual no me quejo, buenos abdominales, un trasero firme y algo pronunciado, y una verga que en sus mejores días llega a 17 cm. Tengo buena familia, muy conservadora, vivo con mi madre, ella es rubia alta un tanto rellenita, pero lo que más resalta es su culo, provocando que haya tenido unos cuantos novios luego del divorcio. Lo que más marca mi vida ha sido mi buena cercanía con mis tías, principalmente porque a menudo nos reuníamos como familia y al no tener primos ni hermanos, ellas eran con las que más me divertía. Pero había una en especial con la que tenía mayor afinidad, ella era mi tía Mónica. Ella era una de las más cercanas desde que yo era pequeño porque era la que más me consentía y era una de las más ‘jóvenes’ que aún no estaba casada.
    
    A medida que crecía el tema de las hormonas hacia efecto en mi, y ya cumplidos los 18 años había un gran interés hacia el sexo opuesto. Y ya a esa edad, junto a mi mamá, no podíamos seguir yendo a las reuniones familiares por casi 10 meses, por habernos cambiado de ciudad.
    
    Cierta vez, fuimos un fin de semana largo con mi madre a la casa de mi abuela, que era el lugar no muy espacioso con cuartos angostos y era allí donde normalmente se reunía toda la familia. Estaban todos y todas, felices de habernos reunido después de mucho tiempo. Por mi parte saludé a todas mis tías, que me decían repetidamente que estaba tan grande y lo típico, lo cual asentía y simplemente sonreía.
    
    La ...
    ... tarde pasó con largas charlas triviales hasta que llegó el momento de ir a dormir. En ese momento empezaron a repartir piezas y al no haber camas suficientes para todos, se debía dormir de a dos en las pocas camas que habían. Mi madre durmió junto a mis abuelos, mientras las que estaban casadas con sus respectivas parejas y a mi me tocó dormir junto a mi tía Mónica, que físicamente estaba bien tratada para tener 38 años con todo en su lugar, una cintura bien delineada, senos firmes no tan grandes ni pequeños. Ella era más bien pequeña con respecto a mi, pero con un cuerpo bien bronceado y una cabello marrón que cada vez que lo acomodaba, resultaba increíblemente sexy. Lo que más destacaba de ella era una bella sonrisa que te mataba, sobre todo cuando era de esas sonrisas de una mujer traviesa.
    
    Ya para acostarse, tía Mónica llevaba puesto un tipo de lencería de dormir que resultaba como un vestido floreado donde se lograba ver sus senos duros detrás de la tela, además dejaba buena parte de la espalda al descubierto para descubrir que era lo único que llevaba, el pijama le llegaba a la mitad del muslo, dejando ver esas suaves piernas que buscaban abrazar a alguien. Mientras que yo sin polera y un pijama corto, que fácilmente podría ser un bóxer.
    
    Ella me dice que durmiéramos abrazados como lo hacíamos antes cuando teníamos frío, a lo que accedí, con el detalle de que yo la abrazaba desde atrás. Todo estaba obscuro, solo se dejaba ver la luz que llegaba desde la calle, y ...
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