De cómo me dejé enfiestar
Fecha: 28/05/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Karina026, Fuente: CuentoRelatos
... lleve lo más adentro que pude.
Sabía que ellos no utilizaban preservativos y no me animaba a pedir que lo hicieran, pero recordé también que hacía menos de un mes habíamos recibido los resultados de un estudio que nos realizamos juntos (y ahora entendí porque me insistieron tanto esa vez, querían que estuviese segura de ellos para esta ocasión, la cual evidentemente ya tenían planeada).
A-Te gusta chupármela?
V-SI, me fascina chupártela. (y lo miraba haciendo una caída de ojos para excitarlo aún más).
Mi boca sentía el calor que me transmitía el pene dentro, el cual rozaba contra mi encía. Intentaba cerrar mi boca cuando lo tenía dentro creando un vacío y succionando con intensidad sobre la punta. Hacía chocar el pene contra mis cachetes y dejando que él me viese hacerlo.
Notaba que sus caricias sobre mis cabellos se hacían más intensas cuando con su pene en la boca lo miraba a los ojos e intentaba sonreír.
La verdad es que me sentía bien putita, como nunca lo había sido y como sabía que nunca lo volvería a ser, y esa sensación me encantaba, me dio las fuerzas para comportarme todo lo mal que me pidieran creyendo que no sentiría culpa después.
A- Tomame la pija con la mano.
Y así lo hice, y comencé a lamerla por los costados como a un helado, deslizando mi lengua desde el tronco hasta la punta. Mi mano arrastraba la piel constantemente de arriba a abajo, y esta de tanta saliva corría a la perfección. Dejaba mi mano abajo y la piel quedaba totalmente ...
... estirada, dejando la cabeza al aire, y ahí comenzaba a hundir solo la punta dentro de mi boca y a apoyar la lengua sobre el medio de la cabeza del pene, sobre su rayita, sintiendo bien el sabor del escaso semen que suele salir para lubricar (sé que no es semen pero no sé cómo se llama).
Luego sacaba mi mano y la metía en mi boca lo más profundo que podía y aunque mi boca es grande, no podía con ella, siempre quedaba bastante fuera. Así y todo la hundía hasta que casi sentía que rozaba mi garganta, y él me tomaba desde el cuello empujándome hacía abajo, excitándome más.
Y con ese empujón y mi boca bien abierta, lograba casi hacerla desaparecer dentro, y solo en una ocasión logre meterla creo que toda, hasta tocar con mi nariz su pierna, creí que me había llegado a la garganta y me había rozado por dentro de cómo la sentí, pero la verdad es que tuve que parar unos segundos de la sensación que me causo. Él se dio cuenta y ya no me empujo tan fuerte hacía abajo y así reanude mi tarea y comencé nuevamente a mamarla.
También lamí sus genitales un poco, punteándolos con la lengua firme y mordiendo la pielcita un poco, y sentía como que le causaba cosquillas y cada tanto debía sacarme algún pelito de la boca. Mi boca los lamía, mi rostro estaba acostado sobre sus piernas y delante de mi nariz se erguía su enorme pene, el cual no podía parar de observar.
Eva parada a un lado fue acariciándome la espalda desde el cuello hacía abajo, hasta llegar a mi cola. Su otra mano jugaba ...