Mi primera experiencia con un arnés
Fecha: 29/05/2023,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... vaselina me la metió entera, al ser virgen por esa puerta, yo la sentía plenamente y también sentía como la movía con cuidado. La conectó a la bolsa que estaba llena de agua tibia y dulcemente me dijo:
- Ahora no te preocupes, voy a abrir la llave un poco para que entre agua tibia dentro de ti.
Un calor leve me entró entre las piernas llenándome por dentro, cuando había entrado algo así como cuarto de bola y yo estaba como loco por ir al baño a expulsar toda esa agua, sacó la cánula con cuidado y me retuvo.
- Espera un poquito de tiempo, mueve tus manos sobre tu abdomen y cuando yo te diga evacuas todo, ¿vale?
Yo obediente hice lo que me dijo, trataba de distraerme enjabonando sus cuerpo que cada vez me parecía más hermoso, una talla 85 de pecho, bien inhiesto, con unos bellos pezones sonrosados, unas piernas firmes y depiladas y un coño con una depilación brasileña que invitaba a comérselo allí mismo.
Casi seis minutos pude aguantar y al final evacué todo lo que llevaba dentro con cierto placer por cierto.
- Muy bien Joan, otro más y creo que será suficiente.
Me puso de nuevo la cánula y volvió a meter dentro de mi quizás algo más de agua tibia y que esta vez aguanté un poco más.
De regreso a la ducha, me lavé de nuevo de arriba a bajo cuando con una sonrisa perversa se dirigió hacia mi con la cuchilla de afeitar en ristre en la mano derecha y con la espuma de afeitar en la izquierda.
Al tener todos los poros abiertos de la piel, la experiencia ...
... del afeitado fue muy placentera y mi miedo a ser cortado fue un espejismo, apenas le llevó cinco minutos afeitarme todos mis bajos con cuidado y con una sensación de piel de niño pequeño digna de un anuncio. Me refresqué con agua tibia de la ducha y ya estaba listo para lo que venía a continuación, nada de cremas, solo las caricias de Lucía que estimulaban cada vez más mi sexo y culito hambrientos.
- Venga cielo, déjame secarte un poco y vamos a la cama.
- Yo me dejo, me siento como un corderillo que va al matadero.
- Que exagerado, ven tonto.
Y dándome un beso y agarrando mi mano derecha me llevo a una cama de sábanas blancas enorme con algunos de sus juguetes encima de la cama.
- Se que te va a parecer extraño pero confía en mi -dijo colocándome un antifaz negro sobre los ojos-, ponte a cuatro patas, como en la postura del perrito sobre la cama, relájate y respira con el diafragma suavemente.
Obediente me coloque mirando hacia el cabecero de la cama o eso creo porque no veía nada, sentía sus movimientos colocándose el arnés y quizás poniéndose unos guantes de latex, no sé, porque oía como cuando los cirujanos se colocan los guantes antes de operar.
- Ahora cariño voy a dilatarte un poquito, tu relájate y déjame hacer a mi.
Un lubricante fresquito empezó a deslizarse por el canalillo que hacía mi culo, viscoso más que líquido, apenas se movía si no era con ayuda de unos hábiles dedos y Lucía mientras acariciaba con su mano desnuda mis huevos, jugaba con ...