1. El deseo de tenerte


    Fecha: 01/06/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quedaba.
    
    Se sentó sobre mi, teniendo su paquete a escasos centímetros de mi y llevé mis manos hasta el. Agarré fuerte notando como latía en mi mano y la introducí en los calzoncillos para sacarla, aprovechando la postura para rozarla por mis pechos. Se apartó, bajó y agarró mis muslos se posicionó de rodillas en medio y llevó su polla hasta mi sexo, rozándome y empapándonos el uno al otro haciendo suaves movimientos de arriba y abajo.
    
    Estaba al borde del colapso. Necesitaba sentirle dentro de mi, que me llenara, que me follara como tantas veces me había dicho. Ansiaba que me tocara.
    
    Se colocó el condón y lo empujé contra la cama, me puse sobre él a horcajadas, agarré su miembro duro y lo introducí dentro de mi despacio, sintiendo el doble placer por mi y por ver su cara de desesperación y excitación. Subí y bajé varias veces. Pegándome lo más posible a él para que con cada movimiento mis tetas se movieran al ritmo del baile que estaba creando sobre su cuerpo, pero sobretodo por el simple placer de sentir las cosquillas de su barba por mis pechos, rozando mis delicados y duros pezones.
    
    Agarré sus manos y me clavé más aún en él. Paré. No quería que se acabase tan pronto.“fóllame como tantas veces has deseado“susurré en su oído cuando me incliné, con mis tetas descansando en su pecho.
    
    Sentí como se endurecía y temblaba dentro de mi.
    
    Me levantó, desencajándome de él y me puso a cuatro patas. Detrás besó mi cuello, rozándome con su barba mientras bajaba, dándome ...
    ... pequenos mordiscos en la espalda. La piel se me erizaba.
    
    Agarró mis nalgas y clavando los dedos en la piel me pegó más a él, cogió su erección y la puso en mi entrada. Con una mano en mi cadera y la otra en la parte baja de mi espalda fue apretándose más contra mi hasta que la metió, entera, sintiendo como se adaptaba a mi estrecho interior. Empezó un movimiento de mete saca que pasaba de ser ligeramente dolorosos a extremadamente placentero.
    
    Apoyada sobre la cama, con la cabeza sobre la almohada, me costaba contener los gemidos de placer. Desde esa posición tenía total acceso a mi sexo, que tocaba y masturbaba mientras no dejaba de penetrarme.
    
    Los quejidos retumbaban por la habitación, mezclándose con los sonidos que se escapaban de su garganta. Secos, animales, roncos... era consciente que estaba disfutando tanto como yo.
    
    Mis piernas temblaban por la presión de la postura, por las ansias de correrme y por la agitación de mi cuerpo con cada embestida. Hasta que sentí como mi orgasmo se acercaba, como mi corazón se aceleraba y le pedí “Más fuerte“ mientras yo aumentaba el ritmo. Me dejé llevar mientras se estremecía mi cuerpo y me empapaba más aún sobre él.
    
    Me dejé caer sobre la cama mientras él seguía con sus embestidas, hasta que paró y me dio la vuelta. Sabía perfectamente lo que quería.
    
    Me senté sobre la cama, le quité el condón y junté mis pechos con su polla en medio. La apreté con ellos y comencé un suave masaje sobre su polla mientras él observaba, ...