1. Jugada de equipo


    Fecha: 07/06/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Juan m 8722, Fuente: CuentoRelatos

    Les voy a contar un suceso ocurrido hace unos meses. Intentaré ser lo más gráfico y fidedigno posible a lo ocurrido.
    
    Mi nombre es Juan tengo 48 años. Trabajo en la industria del petróleo, empleo que me demanda estar lejos de mi casa y mi familia por varias semanas durante el año.
    
    Estoy casado con Malena, hace casi 20 años. Tenemos un hijo que se llama Matías quien juega al fútbol en un club con varios amigos de su escuela. Mi hijo tiene 18 años el cual lleva una vida de un adolescente común. Siendo el fútbol y los videojuegos sus pasiones principales.
    
    Malena tiene 43 años, es vicedirectora en un colegio católico. Físicamente es muy sensual, aunque nunca fue una mujer flaca. Ya que posee 105 cm de busto natural. Súper tetona de caderas anchas y cintura acorde a su cuerpo. A esto hay que sumarle 170 cm de altura. Una mujer grandota de curvas pronunciadas difíciles de ocultar.
    
    Vivimos en un barrio muy acomodado, ya que ambos ganamos lo suficiente para no estar ajustados y así poder darnos algunos gustos.
    
    Malena por lo general es quien lleva a Maty a los partidos, conoce a los chicos del equipo, los entrenadores, los fixtures etc. Yo realmente estoy alejado, pero siempre que puedo voy.
    
    El equipo de Maty jugaba una final zonal por el campeonato. A lo cual todos estaban muy expectantes. Ya que era la primera vez que estos chicos llegaban a estas instancias. Yo no pude asistir por que no me encontraba en la ciudad debido a mi trabajo. El partido terminó 2-1 ...
    ... siendo victoria para el equipo de mi hijo. Malena me iba informando de cómo iba el partido mediante mensajes de texto. Sabía que el partido terminaba a las 4:30 pm, entonces llamé a Maty 5:30 pm para felicitarlo.
    
    -¡hola hijo que bueno que ganaron! ¿Cómo fue el partido?
    
    -¡hola pa! ¡Si ganamos! ¡Hoy vamos a festejar a casa con los chicos a eso de las 8 pm! Me dice con una gran alegría.
    
    Solían venir 5 o 6 jóvenes amigos de Maty a jugar a la PlayStation o a comer. Luego de los partidos o entrenamientos. Reunión que era normal al menos una vez al mes. Los cuales tomaban mis latas de cerveza de la heladera como acto más osado.
    
    Más allá de ser un barrio muy acomodado en dónde vivimos, este último tiempo había mostrado algunas falencias en cuanto a la seguridad. Unos meses atrás, al irnos de vacaciones, unos rufianes entraron a nuestra casa sustrayendo unos pocos dólares y una notebook. Por tanto puse cámaras con audio y visión nocturna sumado a un sistema de alarmas. Para que cosas de este calibre no vuelvan a ocurrir.
    
    Desde cualquier lado del mundo podía ver lo que ocurría en casa con solo abrir una aplicación en mi teléfono móvil. Por supuesto que esto de las cámaras no lo sabían ni Matías ni Malena.
    
    Mi tarde siguió entre reunión y reunión para luego revisar unos planos por cuestiones laborales y terminar cenando rondando las 11 pm. Luego de una larga y fría medida de whisky decidí ver por las cámaras como iban las cosas en casa. Ya que no tenía mucho que hacer, me ...
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