1. Angie (III): En la piscina con mi hermana Lucía


    Fecha: 26/06/2018, Categorías: Incesto Autor: darkghostwritte, Fuente: CuentoRelatos

    ... por la situación.
    
    Ambas nos reímos y vimos cómo se alejaba angustiado.
    
    Lucía me queda mirando fijo como intentando estudiar mis reacciones ante todo lo que había ocurrido, tomó el bronceador y subiéndose sobre mis piernas, sentí el clásico sonido cuando se aprieta dejando caer bronceador sobre mi espalda, la cual empezó a masajear suavemente sobre mis omoplatos y mis hombros.
    
    Aún excitada de todo lo vivido, me relajé y me acosté sobre mis brazos con la cabeza de lado cerrando los ojos tratando de ocultar mi calentura, mientras sus manos me empezaron a recorrer mis brazos, para luego volver a mi espalda, así fue descendiendo hasta llegar a mi cintura y la parte baja. Debo reconocer que su masaje era relajante y sin malicia, pero me sentía incomoda de estar así de caliente, de cierta manera estaba disfrutando sus manos, no pude evitar que mi piel se pusiera de gallina. En ese momento siento caer más bronceador esta vez sobre mis casi desnudas pompis… lo cual me hizo estremecer arqueando un poquito mi cuerpo.
    
    Lucía: Angie, tranquila —me susurra…— no eres la única que se ha calentado por aquí. —Cuando iba a reclamarle que eso no era cierto siento sus manos apretar mis pompis, para luego esparcir el bronceador por todo mi trasero.
    
    Lucía: Don Pedro, se fue con tremendo bulto en sus pantalones —me decía mientras sus manos volvían a apretar mis pompis con fuerza para volver a esparcir suavemente por mis posaderas.
    
    Angie: aaaah… —susurre… apenas, quería decirle ...
    ... que eso no era así, pero mi traicionero cuerpo no me respondía a la vez que fruncía mi frente mordiendo mis labios de la desesperante y placentera situación.
    
    Lucía: Tranquila Angie... no te sientas mal, tienes un muy bello cuerpo y eres una linda persona, debes estar siempre orgullosa, harás muy felices a los hombres —mientras sus manos rozaban la parte interna de mis pompis, cerca del tanga. Debes entender que eres muy llamativa y que los hombres de todas las edades te desearán, así como lo hizo Don Pedro... No debes sentir pena.
    
    La miré agradecida de lo que me decía, me hacía sentir comprendida respecto al despertar sexual que estaba experimentando.
    
    Angie: gracias hermana, significa mucho para mí lo que estás diciendo, yo sé que tú has pasado por más cosas y quieres ayudarme a lidiar con esto.
    
    Lucía: debes relajarte, yo sé que lo disfrutaste, vi cómo me imitaste cuando me apoyé sobre mis codos parando culo para provocarlo —dijo mientras sus manos bajaban por mis piernas para lo cual se reacomodo apoyándose sobre sus rodillas a la altura de la parte baja de mis piernas, mientras volvía a poner bronceador sobre la parte trasera de mis muslos.
    
    Angie: uhm no pude evitar imitarte… —dije con los ojos cerrados disfrutando de sus manos y de estar hablando tan abiertamente.
    
    —No sientas vergüenza, yo con el tiempo he aprendido a disfrutar lo que provocamos en los hombres, ese deseo, esas ganas incontenidas con la que nos miran te hacen sentir deseada y muy poderosa. ...
«12...91011...»