Angie (III): En la piscina con mi hermana Lucía - Relatos Eróticos

Angie (III): En la piscina con mi hermana Lucía

... controlar, retorciéndose como una serpiente me tapaba la boca para ahogar mis gemidos sin dejar de profanar mis pompis fue que me vine.

Aún aturdida me acosté como pude, estaba cansada, había estado casi 1 hora desde que había llegado a la pieza y solo podía sonreír del colosal placer que había sentido y aún sentía, como no había disfrutado de esto antes me decía mientras acariciaba sutilmente mis senos que los sentía mucho más relajados.

En esa mezcla de placer, relajo me acomode para dormirme cuando al acomodar la almohada vi el plátano que me había llevado para chupar imaginando el pene de Don Facundo, que si bien no lo vi en toda su plenitud no quería pensar en el de Marcos.

Aunque estaba re cansada lo tomé pensando en Don Facundo, me imagine de rodillas frente a él como estaba en la ducha, me lo llevaba a la boca pero esta vez para hacerlo lento y tímidamente, pasándole la lengua por la punta muy suavecito, como gatita que toma su leche. Estuve como 15 minutos haciéndolo donde aproveche de practicar aunque me fue imposible no recordar el enorme pene de Marcos y las palabras de mi hermana: Papi te gusta como esta colegiala chupa la paletita… fue que me vine nuevamente, mucho más suave pero que me envió directo a los brazos de Morfeo.

Al otro día era sábado y desperté a eso de las 10 y hacía un calor insoportable, como zombi baje por agua, ya en la cocina sacó un vaso del estante superior y sin querer se me caen las servilletas que estaban en el mueble, ...

... cuando las recojo me inclino siento una tremenda nalgada en mi pompis derecha, cuando volteo a ver veo a Lucía con su bikini fucsia que riéndose me dice: Colocada no alega!

—Que tonta eres! —Le digo gritándole, eso me dolió!

—Colocada no alega!! —Me dice riéndose más fuerte.

—Ya me las pagarás tontita —le digo hirviendo por su molesta actitud.

Cuando en eso se escucha la voz de mi padre que dice:

—Quién va a pagar qué? A ver qué pasa con ustedes dos?

En eso ambas nos giramos hacía la entrada de la cocina y viendo que mi hermana se descuida impulsada por la venganza le devuelvo la nalgada con más rabia haciendo vibrar todas sus nalgas.

Papa: Basta Angie! Es suficiente —gritó autoritariamente.

Yo: Papá ella empezó! Me pego cuando estaba agachada.

Lucia: Papá es verdad, tu sabes: Colocada no alega! —riéndose para molestarme más.

Papa: Suficiente, ya no son niñas para andarse peleando, aparte porque están vestidas así?

Lucía: Yo voy a la piscina, el día está ideal para broncearse.

Yo quedé con cara de tonta un segundo al percatarme que había bajado con aquella provocadora tanguita.

—Yo… yo igual papá —respondí tartamudeando, ya que yo estaba en tanga, y no en bikini como mi hermana para bajar a tomar sol.

Papa: Como se les ocurre salir vestidas así! —Mirando nuestros pequeñas prendas— no lo permito —dice autoritario— acaso no les da vergüenza, vayan a cambiarse ahora mismo nos ordena.

Lucía: Pero papá qué dices! Ya somos adultas, podemos ...