1. El regalo: Un antes y un después (Cuarta parte)


    Fecha: 10/06/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... atrás. Gemía, gruñía, temblaba y su sudor resplandecía en su hermoso rostro, desmaquillando sus pómulos, corriendo desordenadamente la línea azul en sus delineados ojos esmeraldas. ¡Lloraba!
    
    —Bésala ahora, calma su ansía y métele tu dura polla en la boca. —Me ordenó Almudena.
    
    Me acerqué como en cámara lenta hacia aquella boca abierta, con la bola roja entorpeciendo sus sexuales lamentos. Tomé con cariño y delicadeza su cabeza y me apresuré a liberar su nuca de aquel artilugio, deshaciendo su ligadura.
    
    Almudena tomó entonces una de las esposadas manos de Paola, la izquierda para ser exactos. La proveyó primero de caricias suaves y dando vuelta por la palma, un poco por encima de la muñeca, esperó el último jadeo de aquel orgasmo, uno más de los tantos conseguidos en corto tiempo y estampó la encendida colilla de su cigarrillo, en la blanca piel. Paola grito de dolor, al tiempo que me ofrecía con ansías, la humedad de su boca, en un último estertor de placer.
    
    ¡Pero no! no la besé. Me puse en pie rápidamente y a mi mente vino el rostro de mi esposa, mi amada Silvia, mi único amor. Y adicional a esa hermosa imagen un recuerdo, aquel de cómo había aprendido yo sobre el sexo, sobre el cariño y el respeto, la primera vez de un adolescente amor.
    
    Me encontré de golpe con una extraña sensación tan antigua como olvidada. Porno duro de mi adolescencia. Pecaminosas revistas acompañantes de mis primeras pajas a escondidas, en aquella ciudad tan elevada y fría; de clásica ...
    ... moralidad y rígida educación espiritual.
    
    Una colección valiosa solo para mis ojos y mis cinco dedos, temerosamente escondidas bajo el colchón. Imágenes posteriormente apartadas, bloqueadas por el sexo buscado en las calles angostas de antiguas casas de puertas abiertas, invitando todas y cada una de ellas, para entrar en sus laberintos de pasión. Disfrutar de intimidades en su buscada oscuridad a las faldas de una montaña de verdes y altos pinos, bosques de aromáticos eucaliptos, barrio de tejas de barro escarlata, en la zona roja y prohibida de Bogotá.
    
    Sexo conseguido con una pequeña maestra, sola Soledad conmigo, desnudo yo, vestida de experta prostituta esa hermosa «sardina». Rubias sus trenzas tejidas de inocencia, blanca piel usada de mujer. Dos adolescentes amantes en escapadas tardes, tomados con nervios de la mano la primera vez. Una piel besada en un final de mayo, enseñadas muestras de placer a comienzos del soleado junio; la segunda vez que falté a clases por ir a verla, hablar con Soledad, besarla y amarla, hacernos a un amor por pago, sobre la misma cama con variadas frazadas de lana, sin importarnos que fuera en una habitación con poca ventilación.
    
    Llena ella de un dolor tan humano, tan vacía mi Soledad del amor de una madre. Aromas de sexo mezclados con madera enmohecida, pintada la pared de mucha mugre que para nada deshonraba a su rosa virginal. También, ocupaban aquellos espacios mis hormonados temores, la inexperiencia de social intimidad y su ...
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