1. Ocurrió en el sur


    Fecha: 11/06/2023, Categorías: No Consentido Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos

    ... importaba. Era su derecho, y no paró hasta que no la tuvo toda adentro y sus huevos golpearon mi vulva ¡Qué dolor! Gritaba como una posesa, llorando. Era suyo ese culo y disponía de él sin considerar a nadie.
    
    Me tomó entonces de los pelos obligándome a enderezarme y apoyando mi espalda contra él, me abrazó y se puso de pie sin sacármela; fue indescriptible: mis pies quedaron en el aire y su pija se enterró hasta no se dónde provocándome más y más dolor, soportando todo mi peso con el ojete ensartado. Caminó hasta mi habitación y se dejó caer de bruces en mi cama, boca abajo, conmigo ensartada, con él pegado atrás, con la sensación de que cada vez me entraba más y más profundo. Mi culito, dolorido y roto, no reaccionaba ni para cerrarse, ni cuando comenzó a moverse y me lo llenó de leche. La sacó y me dijo:
    
    –Limpiámela -y al ver que me movía para ir en busca de algo para hacerlo, me dio una fuerte cachetada y me completó su orden: -con la boca-. Así lo hice; no sé por qué pero obedecí y se la lamí y chupé hasta que se la dejé limpia. Pero no había terminado cuando ya le estaba creciendo de nuevo entre mis labios y riendo me dijo:
    
    -Miren la señora… ¿Qué tal?- burlándose de mi y luego agregó: -Le gusta mamarla y pararla-. Luego agregó: -¡Epa! Ya está otra vez ¿Por dónde la querés ahora? ¿Seguimos con ese culito? Seguro que te ha gustado y la querés otra vez-. Se la tomaba conmigo abusivamente.
    
    -Por favor no- supliqué -Esa pija es enorme, mira cómo me has dejado ...
    ... abierta; estoy toda rota, sangro, no me puedo mover. Me has roto la cola, me duele, no lo hagas-. Él rompió a reír con marcada satisfacción por haber marcado su hombría en la hembra:
    
    -Bueno, dale con la boca. Pero que te conste que vendré todos los días a usar ese culo hasta que me reciba como corresponde, esté lastimado o no-. Horrorizada me dispuse a chupar. Me tomó fuertemente de la cola de caballo y me la zampó hasta la garganta y tras algunos movimientos, volvió a eyacular en mi. Después se vistió y tomó el teléfono para contarle todo en detalle a mi marido:
    
    -La aguantó -le dijo– La ensarté sin piedad y de verdad le rompí el culo; Lo tenía muy estrecho pero se la metí a fondo. Gritó, gritó como perra pero no le hice caso y se la zampé bien; no la dejé dispararse. Si, se lo rompí bien roto, sentí cuando se le rajaba. Ahí está ahora, quejosa-, le dijo. Mi marido le preguntó algo y agregó: -Bueno, yo te dije que se le rompería, así que algo ha sufrido, pero bien… ahora le tengo que seguir dando hasta que se habitúe-. Mi marido aprobó.
    
    Lo que siguió fue un suplicio, un calvario. Yo tenía el culo literalmente roto, desgarrado. No podía caminar normalmente, no me podía sentar y menos ir al baño, pero él volvería al día siguiente. Se lo planteé a mi marido que me interrogó sobre los detalles y se mostró satisfecho de que me hubieran desvirgado la cola, aunque medio se enojó conmigo por ser incapaz de cumplir mis deberes de mujer sin quejarme según le había contado Félix y ...
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