1. La invocación de Fátima


    Fecha: 19/06/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Damian Rex, Fuente: CuentoRelatos

    ... a veces lejos, resonando en los recovecos y delatando el enorme tamaño de la negra bóveda.
    
    Ahí, sin poder distinguir si sus ojos estaban abiertos o cerrados, la multitud de manos fantasmales que la aprisionaba comenzó a moverse: acariciaban la piel de sus muslos, sus nalgas, su abdomen, y sus senos; pellizcaban suavemente sus pezones, acariciaban el vello de su pubis.
    
    Fátima se encontraba en éxtasis por las caricias infernales. De pronto una de las oscuras manos encontró la humedad de su vulva y se hizo camino entre los erógenos pliegues, a veces jugando con el clítoris, a veces introduciendo uno o dos dedos en la vagina. El orgasmo se acercaba y, conforme la intensidad en su cuerpo iba incrementándose, la temperatura misma de la caverna también crecía, como si antiguos fuegos se hubieran encendido en las profundidades. El placer ya recorría todo el cuerpo de Fátima quien gemía delirantemente y, sin aún haber llegado al orgasmo, se convulsionaba por las intensas sensaciones dentro de su cuerpo, como por las cosas ya indescriptibles que le estaban haciendo las manos oscuras.
    
    El orgasmo fue el más intenso que había sentido en toda su vida. El placer se esparcía en oleadas por todo su cuerpo mientras ella gemía y gritaba. Esto continuó por varios minutos sin que hubiese ningún indicio de que el orgasmo menguara. Los estallidos de placer continuaron asaltando su cuerpo hasta que finalmente, después de varios minutos más, Fátima cayó rendida sobre el suelo húmedo de la ...
    ... caverna.
    
    III
    
    Jadeante, y con pequeñas convulsiones reminiscentes de aquel orgasmo, Fátima abrió poco a poco los ojos. Mientras ella se había estado viniendo una lejana luz amarilla había penetrado lentamente en la caverna. Era una luz de fuego acompañada del ya sofocante calor infernal. Fue entonces que Fátima se percató de las dimensiones de la cueva. La bóveda era vasta y había formaciones rocosas como penes erectos que crecían del techo y del suelo. Había una humedad en el aire por las grandes albercas naturales azul turquesa, y los pequeños charcos que se formaban de las gotas que caían de las estalactitas. Los cuerpos de agua estaban entrelazados por deformes fogatas de un fuego sobrenatural que ardía sin un combustible aparente, emanando directamente de la roca.
    
    Al contemplar esta visión infernal, un remanente de su cordura se hizo presente. De pronto, en un momento de lucidez fuera del trance, se percató de todo lo que había transcurrido y una sensación de profundo temor se apoderó de ella. En su desesperación comenzó a gritar y fue en ese momento en que vio por primera vez a los espíritus de la oscuridad.
    
    Se materializaron de la nada. Al principio se confundían con las estalagmitas, pero su presencia se fue haciendo cada vez más evidente conforme aparecían más y más de ellos. En un momento dado, Fátima se vio rodeada de una multitud de cuerpos demoniacos: seres mitad humanos, mitad bestias. Algunos con cuerpo humano y cabeza de animal, otros con rostro ...
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