1. La invocación de Fátima


    Fecha: 19/06/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Damian Rex, Fuente: CuentoRelatos

    ... humano y cuernos de carnero. Muchos eran mezclas entre hombre y mujer, con senos, penes y vulvas húmedas. La monstruosa diversidad que ahí se había manifestado era absoluta, no había dos seres iguales, cada uno siendo una mezcla única y perversa de partes humanas y partes animales que nunca debieron formar parte de un mismo cuerpo.
    
    Uno de ellos lucía un fornido torso masculino, cuatro brazos toscos y cabeza de bisonte, sus piernas eran peludas y musculosas como las de un caballo, y tenía un pene enorme y erecto, mezcla de humano y animal, con el glande hinchado a punto de estallar. El monstruo la observaba con una mirada intensa y lujuriosa en absoluta quietud mientras resoplaba por sus enormes fosas nasales. Entonces, al verlo, la mente de Fátima volvió a su estado hipnótico como consecuencia de una excitación sexual sobrecogedora. Poseída, caminó hacia el hombre bisonte y comenzó a mamar su pene con desesperación, como sedienta de su semen.
    
    Al ver esto, las demás criaturas se acercaron a Fátima. Querían tocarla y hacerla suya. Una de ellas, una figura femenina con tres pares de senos y unas enormes alas de águila se acercó y comenzó a masturbarse, metiendo sus dedos dentro de su propia vagina infernal, mientras que usaba su otra mano para masturbar el ano de Fátima, metiendo y sacando sus dedos. Otra bestia más, una especie de cerdo con alas de mariposa la montó por detrás moviéndose frenéticamente tras lo cual eyaculó a los pocos minutos. El hombre bisonte ...
    ... comenzó a chupar los pezones de la mujer de seis senos con lengüetadas salvajes la cual se vino a chorros sobre la espalda de Fátima. Para este momento varias bestias, algunas más humanas, algunas más animales, se estaban turnando el penetrar el ano y la vagina de Fátima y ésta, a su vez, se había entregado por completo a las delicias de esta orgía demoniaca.
    
    Los orgasmos de Fátima fueron muchos y en todas partes de su cuerpo: a veces se venía en oleadas desde su vagina o su ano y a veces eran como torrentes de placer intenso que emanaban de sus pezones, por algún demonio que los chupaba y estimulaba sin descanso.
    
    Así pasaron horas, tal vez días y, en su locura, Fátima había cesado de distinguir entre su cuerpo y los cuerpos de los demonios. Le parecía que todo era lo mismo: una gran masa continua de cuerpos, penes, pezones, pezuñas, vaginas, alas y plumas, y todo era placer, un placer colectivo, monstruoso y antinatural. Era como si todos fuesen un solo organismo dándose placer a si mismo.
    
    Entre la multitud orgiástica Fátima alcanzó a observar al hombre bisonte penetrando salvajemente a un ser que era como una mujer con cabeza de águila, alas en lugar de brazos, y dos pares de senos hermosos con pezones deliciosamente duros. Fátima se movió entre los cuerpos y al llegar comenzó a succionar fuertemente esos pezones. Al comenzar a chupar, Fátima notó que el abdomen de la criatura empezaba a convulsionarse mientras el hombre bisonte continuaba con sus veloces y bruscos ...